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Lo horrible de sufrir parálisis del sueño

Antes de conciliar el sueño o en el momento de despertar, la persona que sufre este trastorno puede despertar bruscamente teniendo plena consciencia de sus pensamientos; no obstante, se mantiene paralizada. En tal sentido, la persona se siente atrapada en su cuerpo. Puede abrir los ojos pero no es capaz de emitir sonido ni mover sus extremidades, esto genera una considerable sensación de miedo.
Así mismo, la persona afectada puede padecer alucinaciones auditivas y visuales que tienen relación con una fuerte sensación de que existe una o varias presencias en su entorno.
Y es así como la línea entre la realidad y la imaginación se difumina. De esta manera la persona empieza a ver sus más grandes miedos o simplemente, lo que esté en su cabeza.

“En su forma básica, la parálisis del sueño ciertamente es muy común. Estás medio dormido y medio despierto y te das cuenta de que no te puedes mover. Típicamente dura unos segundos. Es desconcertante, pero no es grave", le explica Chris French, director de la Unidad de Investigación de Psicología Anomalística de la Universidad Goldsmiths de Londres al medio BBC.

Este trastorno se debe a una intrusión anormal de un estado de REM (movimiento ocular rápido) durante un estado de desvelo. Literalmente estás despierto pero tu cerebro sigue hundido en el sueño. Sucede que durante esta fase, el cerebro inhibe el movimiento de la mayoría de los músculos para evitar que representemos los sueños y nos lesionemos de forma involuntaria, es por eso que se produce la parálisis.

Puede generarse si la persona se encuentra sometida a altos niveles de estrés y cansancio.

Lo que puede resolver este problema sería dormir lo suficiente. Vale destacar que sólo aparece de forma periódica en pacientes que sufren ansiedad, trastorno bipolar, depresión y trastorno de estrés postraumático.

Estos ataques llevan consigo fuertes cargas de terror, miedo y una sensación de muerte inminente. El cerebro recrea alucinaciones de carácter siniestro y malévolo.
Es muy recurrente que las personas observen a su lado un ser demoniaco. Éste “oprime la respiración del individuo sentándose en el pecho de su presunta víctima”. Pero la situación no genera ningún riesgo para la vida ya que nada de que lo que se ve, se escucha y se siente es real.

El neuropsicólogo Paul Broks explica que  trastornos como éste permiten comprobar que la identidad es más que el ego consciente.

“Lo que la gente reporta que vio típicamente incluye personajes monstruosos, demonios, sombras negras, una luz que se mueve por el cuarto”, dice.

“También hay alucinaciones táctiles, en las que puedes sentir que te están sacando a rastras de la cama o que hay algo respirando detrás de tu cuello”. “Recuerda que no te puedes mover, así que puede ser absolutamente aterrador”, agrega.

Todo es real

“Es decir que, en términos del funcionamiento del cerebro, no hay una línea clara que divida lo que imaginamos y nuestra percepción del mundo que nos rodea. Ambos habitan los mismos circuitos del cerebro”, detalló el neuropsicólogo.
En una situación donde se presenta parálisis del sueño la persona debe actuar inteligentemente. De no poder controlarse, el miedo podría consumir completamente al individuo y causarle daños emocionales. Lo recomendable en estos casos es tomar buenos descansos y acudir a un especialista para orientarse mejor sobre el tema, porque si pasa una vez puede ocurrir nuevamente y hay que tomarlo como un trastorno no muy grave.

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