El diario plural del Zulia

Latam: el hemisferio donde el narco somete a los Estados (I)

Desde el siempre famoso Pablo Escobar Gaviria, que doblegó a Colombia mediante sangre y amenazas, hasta los sanguinarios carteles mexicanos que se enfrentan sin reservas a Estados Unidos y penetran gobiernos con sobornos. Desde las rutas venezolanas controladas por el Cartel de los Soles, hasta los recientes asesinatos de líderes políticos en Ecuador. El poder de la industria de la droga moldea gobiernos a través de la elección entre "plata o plomo" o "abrazos en lugar de balazos".

La fragilidad de los Estados en América Latina convierte al hemisferio en un terreno fértil para la exitosa e igualmente macabra industria del narcotráfico.

Una región marcada por vaivenes políticos extremos que han tejido el entramado perfecto para el crimen, con instituciones débiles que caen presas de la corrupción que emerge ante la imposibilidad o la falta de voluntad para avanzar al primer mundo.

Pablo Escobar Gaviria, el patrón de los patrones, con todo su exagerado poder, sometió al Estado colombiano a punta de bombas y asesinatos selectivos de ministros, candidatos presidenciales, periodistas, inocentes de todas las edades. Pero antes de caer abatido a balazos en un tejado allá por diciembre de 1993, llegó más lejos, a lo impensable, al punto de influir en la propia Constitución.

Sus presiones sobre los legisladores lograron el rechazo de la extradición, una campaña que tomó como personal debido al terror que le infundían las cárceles estadounidenses, el mismo miedo que atañe a cualquier narcotraficante del planeta.

Enviaba cartas con el membrete de Los Extraditables a los parlamentarios, con un mensaje que no dejaba dudas de que serían objetivos si no votaban para rechazarla. En aquella Asamblea Nacional Constituyente que se había conformado, unos 45 votos permitieron el rechazo de la extradición, mientras que unos trece constituyentes se opusieron. Era el 19 de junio de 1991. Así lo recordaron los legisladores María Teresa Garcés y Juan Carlos Esguerra en una entrevista con Noticias Caracol.

Es importante destacar que Escobar no solo presionó amenazando a líderes políticos. Muchos estuvieron dispuestos a negociar de manera abierta con el capo, como Alberto Santofino Botero, del Movimiento Alternativa Popular, o Jairo Ortega, quien, después de negociaciones fructíferas, lo involucró en la carrera política y le cedió su curul en el Congreso de la República tras ganar la representación por Antioquia.

De aquí surge la breve pero notable experiencia de Escobar como senador, que finalmente contribuyó en parte a los sonados asesinatos contra líderes como el Ministro Rodrigo Lara Bonilla, quien lo acusó y lo acorraló al revelar pruebas de sus operaciones como narcotraficante, respaldado por el periodismo combativo del diario El Espectador. Escobar dejó la política lleno de veneno y deseos de matar. Y cumplió su amenaza.

Escobar dominó la escena mundial en los años 80 y principios de los noventa. La estela quedó, incluso como figura de culto, pero para la mayoría, como imagen de muerte y un largo capítulo de sangre para Colombia.

 

El poderío de México

La balanza de poder se inclinó hacia México. Ser vecino de Estados Unidos, el mercado por excelencia de la industria de la droga producida en Latam, les proporcionó una ventaja geoestratégica sin igual.

La historia de los carteles mexicanos es larga y está llena de corridos, además de estar ampliamente documentada. Sin embargo, nos interesa entender cómo se infiltraron en el estado mexicano, de manera similar a cómo lo hizo Escobar en Colombia.

El presidente de México, Andrés López Obrador (Amlo), ha afirmado que en su país sí hubo un narcoestado… pero que ya no existe.

¿A qué se refería?

Un nombre clave: Genaro García Luna. Forbes lo ubicó entre los 10 hombres más corruptos de México en 2023.

Amlo ha indicado que García Luna, quien fue Secretario de Seguridad Pública durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012), el encargado de garantizar la seguridad del Estado y de combatir a los cárteles, no era más que un colaborador del narco.

“Porque el gobierno estaba infiltrado, aquellos encargados de luchar contra la delincuencia estaban al servicio de la misma; la delincuencia dirigía, tenía una gran influencia, eran quienes decidían a quién perseguir y a quién proteger”. (Amlo)

Según investigaciones que se han ventilado en tribunales estadounidenses, el Cartel de Sinaloa ha tenido control en partes del gobierno mexicano.

Pero AMLO no ha escapado de la controversia. Anabel Hernández, periodista mexicana experta en las redes del narcotráfico, asegura que durante su administración se ha consolidado una llamada Pax Mafiosa o paz narca. La estrategia de la política de los "abrazos en lugar de balazos" de AMLO incluye protocolos entre el Estado y estas organizaciones.

Y por supuesto, la investigadora advierte que el gobierno actual solo ha permitido que los cárteles se reorganicen para la producción de fentanilo, un opiáceo sintético altamente adictivo que se ha convertido en una epidemia en la actualidad.

En México los capos son los señores de los territorios. Dan su bendición a políticos para montarse en el gobierno. Eso perdura aún en el gobierno de AMLO, asegura la periodista.

¿Nada ha cambiado?

Para Hernández la podredumbre viene de entre 1970 y 1999. Años en los que el histórico partido PRI abrió negociaciones con organizaciones criminales para las reglas no escritas de no violencia que dejaban la pradera despejada a los carteles para sus operaciones.

“Con el comienzo del siglo XXI, los gobiernos emanados del PAN encabezados por Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), intentaron emular al PRI copiando el esquema de negociación, solo que con un solo cartel, el Cartel de Sinaloa (CS), y usaron el aparato de estado contra los otros carteles. El pretexto político era tener un solo interlocutor y así "controlar” mejor el país. La realidad es que el CS pagó millonarios sobornos por ese favoritismo. El mejor ejemplo lo encarna Genaro García Luna, titular de la Agencia Federal de Investigación con Fox, y secretario de seguridad pública federal con Calderón, hoy encarcelado en Nueva York acusado de traficar drogas y trabajar para el CS de 2002 al 2019.

 

¿Dique al Fentanilo?

En 2021, las muertes atribuidas a sobredosis de drogas superaron las 100,000. En abril pasado, el presidente Joe Biden anunció nuevas medidas para desarticular las redes de distribución del fentanilo ilícito. Unos 18 fiscales generales de Estados Unidos han instado a Biden a declarar el fentanilo ilícito como un "arma de destrucción masiva".

 

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