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Estas son las seis dudas que profundizan la opacidad del nuevo convenio cambiario

Los expertos en economía debaten sobre las incongruencias del sistema cambiario que alega una "libre convertibilidad"

Tal vez reconocer que mantener un control cambiario, por más de 15 años, sea el punto de inicio para que el Gobierno rectifique sus políticas económicas envueltas en una espiral inflacionaria. “Se han cometido errores, uno de ellos fue la rigidez en el control de cambio”, dijo el pasado domingo, Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación.

A simple vista hablar de cualquier tipo de “flexibilización” del sistema cambiario resulta positivo para los economistas. Sin embargo, la poca claridad en ciertos puntos del nuevo convenio anunciado por el Ejecutivo despierta dudas importantes hasta en los más conocedores de la materia.

Las grandes incógnitas abordan desde qué tipo de administración regirá la tasa cambiaría, quiénes participarían en el nuevo mecanismo, qué sucederá con el mercado paralelo y hasta si realmente se puede hablar de un levantamiento cambiario.

 ¿Sistema único flotante?

El nuevo convenio de convertibilidad de la moneda refiere que el tipo de cambio a regir para la compra y venta de divisas en todo el país “fluctuará libremente de acuerdo a la oferta y demanda de las personas naturales y jurídicas”.

Leonardo Vera, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, destaca que una de las mayores incongruencias del decreto se ubica en sus artículos 3 y 4, donde pese a que se declara una tasa única flotante, el mecanismo sería administrado por el Banco Central de Venezuela (BCV) cada vez que el ente considere pertinente su intervención en el mercado.

Un sistema para administrar podría ser que continúen con la asignación de divisas vía Dicom, donde el BCv establece discrecionalmente la tasa cambiaria y ya no tenemos el tipo de cambio único, para que operen las casas de cambio y las entidades financieras

El sistema “libre” continúa en duda, aún más tras el anuncio del vicepresidente sectorial de Economía, Tareck El Aissami, quien informó que hoy se retomarían las subastas del Dicom.

Vera destaca que, al no mencionarse nada en el decreto sobre el Tipo de Cambio Complementario, muchos asumían que el Gobierno seguiría otorgando divisas preferenciales y descartaría un sitema único.

¿Adjudicaciones libres?

“Si un trabajador demanda 900 euros o mil dólares o 1.500 dólares para comprar cualquier insumo lo puede hacer como persona, se mete al Dicom hace su oferta y podrá participar en la subasta ordinaria que se hacen los lunes, miércoles y viernes, eso también es parte de las nuevas políticas cambiarías previstas en el convenio”, dijo El Aissami.

El discurso se aleja de lo decretado en Gaceta Oficial. El catedrático resalta que la asignación de divisas al sector empresarial aún no está clara. Cuestiona que se establezca un límite donde el sector empresarial solo pueda optar por 8.500 euros, es decir, 10 mil dólares.

“¿El sector privado está limitado a comprar y vender en ese mercado de menudeo o efectivamente el sector empresarial pudiera tener acceso a montos superiores o no?”, expresa vera.

¿Muere el paralelo?

Si por el contrario, efectivamente existiera un único tipo de cambio flotante, continúa el profesor, significaría que la demanda de divisas se agigantaría y, por ello, la poca oferta de moneda extranjera haría que el precio de la tasa se ajuste al alza constantemente.

“Esa flotación implicaría una depreciación de tipo de cambio, un alza en la cotización de forma continúa eventualmente podría hacer que el BCV interviniera y ya no estaríamos hablando  de una flotación pura”

El titular de la UCV añade que la inconsistencia entre un régimen cambiario de “libre flotación” y una política macroeconómica donde no hay un control las finanzas públicas, por ende el déficit fiscal elevado, la emisión de dinero crece y “eso se transforma hasta el sistema cambiario en demanda de divisas y podría generar una presión fuerte en el tipo de cambio”.

Tomemos en consideración que en ese ambiente Venezuela no tiene divisas con las que pueda actuar para resolver ante una demanda creciente de divisas. Puede ocurrir una dinámica explosiva en esa tasa de cambio flotante y una presión sobre los precios, donde será imposible mantener los precios acordadas

¿Sin penalizaciones?

Para que exista una libre convertibilidad las penalizaciones de un mercado paralelo deberían extinguirse, explica el académico, sin embargo, desde el Ejecutivo se mantiene una línea discursiva donde señalan de “criminales” a quienes envían remesas al país a través de mecanismos no oficiales.

A juicio de Vera, al mercado paralelo lo fortalecen las raciones de divisas y el aumento de controles que van en dirección opuesta sobre la convertibilidad.

“Es muy factible que esta persecución a los agentes económicos que envían remesas por canales no regulares persista y hablamos de transacciones en un mercado paralelo. Esa duda no queda despejada ni en el convenio ni en las declaraciones del convenio”, resalta.

¿Operar a ciegas?

En el documento oficial tampoco se especifica quiénes conformarían el Sistema del Mercado Cambiario. Es evidente que el BCV mantenga su participación, pero no se aclara si el sistema financiero venezolano participe. Esto determinaría de dónde saldría el precio y el mecanismo del funcionamiento del sistema.

El periodista y analista económico, José Gregorio Yepez, opina: “Entiendo que el mecanismo operará a ciegas, con solamente la referencia del tipo de cambio de la oferta del día anterior. El BCV casará los precios de las mejores ofertas con la demanda más parecida y los excedentes serán una ganancia del ente emisor que podría utilizar para ampliar la oferta de divisas en nuevas operaciones”.

Para Yepez el éxito de este modelo cambiario dependerá de que los jugadores del mercado tengan confianza en quien se posiciona como el árbitro de las operaciones. “¡Ahí está el reto del BCV!”, sentencia.

Aprecia la intervención del BCV, para que el precio de la tasa baje artificialmente, como un esquema cambiario con “más de lo mismo”. De lo contrario, refiere que si el ente monetario atiende a las necesidades del mercado y se alinea con las expectativas, existe la posibilidad de un éxito.

Al mercado no le caen a coba, sabe cómo moverse y sabe lo que hay. Si no hay transparencia entonces se produce el efecto contrario y se exponencia la actividad de los especuladores

¿Qué fija la tasa de cambio?

Yepez admite la poca claridad sobre cómo será el mecanismo para calcular el marcador cambiario. Asegura que hay quienes califican una subasta “ciega” y que, de ser asignadas por el BCV, no hay  “la suficiente certidumbre para los agentes del mercado”.

El analista precisa que dependerá de cómo se instrumente el convenio cambiario y de la disposición que tengan las autoridades en materia económica. “Esa voluntad política de avanzar hacia la libertad cambiaria está por encima de lo que está escrito en el Convenio”, sostiene.

Nadie dijo que salirse del molde iba a ser fácil y si tomaron la decisión tienen que saber cómo seguir adelante con ella”, sugiere Yepez.

La funcionalidad de un sistema cambiario sostenible recae precisamente en la aceptación que brinden los agentes económicos al modelo cambiario, de no ser así y con tantas nubes alrededor del menudeo de divisas, el mercado cambiario seguirá en el sendero de las distorsiones, coinciden los expertos.

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