Policía estadounidense busca a Robert Card, presunto responsable de las 18 muertes en Maine
Janet Trafton, gobernadora del estado Maine, EE. UU., informó que la cifra oficial de fallecidos en el tiroteo de este miércoles es de 18 decesos, mientras que 13 personas resultaron heridas.
La policía identificó como sospechoso a Robert Card, de 40 años, como el responsable de la balacera más letal en lo que va de 2023. El sujeto es reservista del Ejército e instructor de armas de fuego con historial de problemas de salud mental. Al parecer, huyó luego del ataque y hasta el momento no ha sido localizado, reseñó Telemundo.
El prófugo, que el miércoles abrió fuego en un restaurante y una bolera de la localidad de Lewiston, debe considerarse "armado y peligroso", según las autoridades, quienes pidieron a la población refugiarse en sus casas y negocios mientras buscan a Card. Compartieron una fotografía suya con un rifle afuera de un establecimiento, y de un camioneta blanca que pudo haber usado para así encontrarlo lo más pronto posible. El terror asecha la zona mientras la policía no da con su paradero.
Según Gun Violence Archive, en este 2023 se han reportado al menos 565 balaceras masivas en Estados Unidos. Además, denuncian que los llamados rifles de asalto, como el empleado por Card, son armas letales fáciles de adquirir en ciertas partes de Estados Unidos, sobre todo en estados como Maine, un territorio con una legislación muy laxa al respecto y donde se ha producido el último tiroteo masivo.
El tema de las armas llegó este jueves a la Casa Blanca, donde el presidente Joe Biden, urgió a los republicanos en el Congreso a lograr un acuerdo con los demócratas para prohibir las armas de asalto o de alta capacidad y acabar con la inmunidad de sus fabricantes.
En un comunicado, Biden volvió a hacer este reclamo político horas después de la masacre. "En este momento de duelo por otra tragedia, urjo a los legisladores republicanos del Congreso a que cumplan con su deber de proteger al pueblo estadounidense", dijo Biden.
Pidió un acuerdo para prohibir las armas de asalto y aprobar un control de seguridad universal para cualquiera que quiera comprar un arma, además de tomar medidas para obligar al almacenaje seguro de armas y acabar con la inmunidad por responsabilidad de la que gozan los fabricantes.
Consideró también que son "demasiados" los estadounidenses que tienen algún miembro de su familia herido o asesinado por arma de fuego. "No es normal y no podemos aceptarlo", sentenció.
