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El populismo: qué es, quiénes lo aplican y por qué ha trascendido

El populismo es una tendencia política practicada por líderes políticos que ostentan el poder o aspiran a llegar a él, la cual implica una serie de técnicas, actitudes y acciones que tienen por propósito atraer a las grandes masas hacia su proyecto y mantenerlas en él con la promesa de un cambio.

El término populismo, según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), es una tendencia política que busca atraer grandes masas de personas para sumarlas a un proyecto político concreto.

Es utilizado generalmente en sentido peyorativo por los contrincantes de determinado bando, cuando acusan al otro de la utilización de estrategias populistas con el fin de engañar a sus seguidores tras la búsqueda de una promesa que nunca se cumple, y que lo que hace, es despertar el odio entre las clases sociales.

Es básicamente una doctrina que se construye alrededor de un líder político, quien valiéndose de su carisma y un discurso encantador, fascina a las masas en torno a una polarización social, en la que los grupos elitistas o burgueses, como suelen llamarlos los populistas, son el mal de todas las necesidades de los pobres.

Cuando el populista logra sembrar esa idea y crea dos bandos sociales distintos, que de acuerdo a su filosofía deben estar enfrentados y no pueden convivir en el mismo espacio, se alinea del lado de un bando, “el de los pobres”, para convertirse en su salvador y única voz para todo.

Las características del líder populista

El líder populista siempre culpa de todos los males de la sociedad a ese sector económico  que genera el capital y mueve la economía, pero que desde su punto de vista, es el generador de la pobreza.

Por eso este tipo de discursos tienen buena acogida en sociedades en las que hay marcadas diferencias sociales y abunda la pobreza. En este tipo de sociedad, el líder populista puede surgir con el apoyo de personas esperanzadas en que la situación  económica cambiará, porque llegó el líder que impondrá “justicia social”.

El populista, una vez que alcanza el poder, se convierte en el “héroe” de los pobres y responsabiliza a sus detractores de todo lo que ocurre en perjuicio del pueblo, hasta, incluso, de sus propios errores.

Al acumular cada vez más poder político, se siente con la autoridad suficiente para aplicar políticas sociales y económicas con las que supuestamente protege y reivindica al pueblo sobre la base de la destrucción de lo que durante décadas construyeron las grandes empresas y sus capitales.

Tipos de populismo

Aunque el populismo suele relacionarse con gobiernos de pensamiento de izquierda, también se ha registrado en regímenes autoritarios, como el fascismo de Benito Mussolini en la Italia de la Segunda Guerra Mundial, en la que él defendía, supuestamente, a su pueblo del eje del mal conformado por los aliados.

Asimismo, y más recientemente, el gobierno de derecha neoliberal de Donald Trump, en Estados Unidos, también tuvo un corte populista, aunque por supuesto el enemigo no era el empresariado, pero sí los inmigrantes, los árabes, chinos y demás sociedades que según, para el entonces presidente, eran los verdaderos enemigos de la tranquilidad del pueblo estadounidense.

Son versiones muy distintas entre sí, pero muy parecidas en forma y esencia, en relación con lo que es el populismo; por lo que se puede afirmar que este puede surgir en cualquier sistema de gobierno con un líder que pueda convocar grandes masas de personas y pueda influir sobre ellas, hasta el punto de convencerlas de que él es el único que puede ayudar a salvarlas de los distintos males que padecen.

Esta modalidad de hacer política ha sido muy normal en América Latina, donde se siguen presentando casos, debido a la constante desigualdad social que caracteriza a esta región del mundo. Mientras esto exista, seguirá manifestándose más populismo en perjuicio de sus habitantes.

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