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Obras de teatro del Festival Cervantino llevarán el Quijote al México actual

Un hombre llega a un territorio en el que no queda nada, por los robos de las autoridades, y se hace gobernador, aunque nunca ha leído un libro, ¿ficción quijotesca o realidad mexicana?. Con esa duda juega una de las obras de teatro con las que el Festival Cervantino mostrará al Quijote más vigente.

Jorge Volpi, director del festival que se celebrará del 2 al 23 de octubre en Guanajuato (centro de México), encargó a Benjamín Cann y Claudio Valdés Kuri la creación de dos obras de teatro basadas, respectivamente, en Sancho Panza y don Quijote.

Como resultado, los directores dieron con dos propuestas que, por fruto del azar, alcanzan el mismo equilibrio que la pareja formada por el fiel escudero y el aspirante a caballero andante: una aporta el realismo y la sabiduría popular, mientras que la otra realza el idealismo.

En "Barataria, Estado de México", Cann sitúa a Sancho Panza en la ínsula que tanto ansiaba gobernar -y que, en esta versión, se encuentra en tierras mexiquenses-, donde comenzará a impartir justicia a golpe de refranes populares, que compensarán su falta de formación.

"Hay poco de ficción; aun lo que escribió Miguel de Cervantes se vuelve real en este país en este momento", afirma a Efe el director.

Cervantes "escribió una nota de amenaza para un gobernante que está haciendo bien las cosas y hay gente a la que no le conviene (...) yo lo traslado tal cual a un grupo terrorista que ha secuestrado al Quijote en el Estado de México y no cambié una sola palabra", resalta Cann para demostrar la "pertinencia" de la obra.

La ficción del manco de Lepanto se mezcla con las ideas de los pensadores mexicanos actuales "que están haciendo un análisis todos los días de lo que sucede en nuestro país", alimentando así la ficticia ínsula de Barataria.

Por falta de recursos, la obra se interpretará como una lectura dramatizada, pero el director está considerando no llevar a ponerla sobre el escenario por los buenos resultados que están dando los ensayos, y que culminarán cuando, en el próximo festival, los actores y el público se sienten alrededor de una mesa y dé comienzo la función.

Además, las noticias que aparecen a diario en el país dan pie a que la obra, apunta el director, no tenga fin.

"Todos los días nuestro gobernante que no lee libros nos sale con una nueva, dan ganas de volverlo a incluir... hablo de Sancho", bromeó Cann en rueda de prensa.

La segunda producción comisionada por el festival, que en su XLIV edición homenajeará a Cervantes en el 400 aniversario de su muerte, recibe el título de "Quijote, vencedor de sí mismo".

La obra muestra al "caballero de la triste figura" preguntándose a sí mismo a lo largo de la obra "si está determinado por el autor o si el autor solo es un cronista de lo que él hace", comenta a Efe Valdés.

Junto al actor que da vida a don Quijote se situará una actriz cuyo personaje, enmarcado en el mundo contemporáneo, confrontará la filosofía del personaje con la realidad.

Mediante la visita a diferentes capítulos del libro de forma aparentemente aleatoria, se intentará recoger "el gozo de regresar a Cervantes y a la lectura", a ese autor que deja "capítulos abiertos" cuyo final se conocerá en las siguientes páginas o no, porque algunos quedan sin resolverse, explica el director.

Pero sobre todo, Valdés aspira, a través del libreto de Mónica Hoth, a que el público se reconcilie con sus "delirios por el bien común, que hemos llamado delirios quijotescos, que la gente recobre su anhelo por el bienestar de los demás".

Un pensamiento que se puede mantener en el México de hoy en día, porque pese a las malas noticias, "estamos llenos de idealismos quijotescos, si no, el país no avanzaría", defiende.

"Hay muchos Quijotes (...), no todo el mundo es Gandhi, pero hay una cantidad de gente trabajando por el bienestar de los demás", asegura el director.

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