Warriors: Un campeón con todos los honores
Kevin Durant pasó dos días sin dormir por la ansiedad que le producía estar a un juego de ganar la Final, pero nada en los Warriors de Golden State fue casualidad.
Minuto a minuto gestaron el quinto título de su historia en la NBA, una venganza prometida, y todo empezó el 4 de julio con su firma estampada en el contrato con el equipo de la Bahía. Desde entonces, se avizoraba una final con los dirigidos por Steve Kerr como los principales protagonistas.
No defraudaron
Cada pieza en el equipo encajó con precisión.
Stephen Curry fue el jugador ofensivo por excelencia, aunque alejado de los reflectores esta temporada tras la llegada de KD, el MVP de Las Finales.
El base, letal desde el perímetro, hizo gala de su reputación. En cada juego aportaba hasta el 40% de los triples, o 12.1 puntos desde más allá de los límites. En el interior aparecía Durant. Efectivo desde dentro del arco, se encargaba de asegurar 14 de los 31 tantos por juego que se produjeron en esa área.
Klay Thompson se mantuvo como el segundo anotador del equipo respondiendo desde ambas partes.
Entre los tres se combinaban para asegurar 71.6 de los 119.3 puntos totales por juegos, mientras que Draymond Green se aseguraba de aparecer con su ferrea defensa con par de robos quirúrgicos y su titánica voluntad y eficacia para detener al oponente.
Hasta la banca tuvo una buena respuesta ofensiva, siendo arquitectos de 33 puntos en la temporada.
“Estos tipos son tan dotados y comprometidos entre sí y tan desinteresados”, dijo el entrenador de los Warriors, Steve Kerr según AFP.
Con su segundo título obtenido en tres años, ya se asoman como favoritos para adueñarse del trofeo de la 2018, siempre y cuando Durant y Curry se mantengan como el núcleo ofensivo, pues ya son agentes libres.
Y Steph ya amenazó: “Solo quiero hacerlo de nuevo”.
