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Se están cayendo las casas en Campo Alegría

En terror permanente se encuentran las familias de Campo Alegría, en el municipio Lagunillas. Sus casas se les vienen encima. A muchas de ellas se les ha hundido el piso e incluso se les ha caído el techo. La situación tiene un solo responsable: el proceso de la subsistencia, debido a la extracción petrolera en la zona desde hace 90 años.

El sector no tiene fecha exacta de su fundación, pero las investigaciones arrojan que fue en 1926 cuando se descubre el campo Lagunillas, con el pozo “Lago número 1” y construyen los primeros tanques.

Oraida Basalo, habitante de Campo Alegría desde hace 40 años, cuenta cómo hay vecinos que están durmiendo en hamacas, fuera de sus casas por temor a que haya un derrumbe total.

“Las casas emiten un sonido extraño, cuando salimos a ver son las grietas que se están abriendo más, incluso ya las paredes se están yendo de lado”, comentó.

Temen por sus vidas. Son 370 viviendas y 420 familias las que están viviendo los embates de la explotación petrolera. Basalo argumenta que sectores cercanos fueron demolidos por tratarse de una zona de alto riesgo, por lo que en las adyacencias, se ve solo maleza, olvido y ruinas.

“Aquí no funcionan bien los servicios públicos, la delincuencia está desbordada porque hay muchos espacios desolados”, indica Basalo, quien también es vocera sobre la situación en el sector.

Alerta roja

Debido al problema, la comunidad junto al concejal de la parroquia Nery Velásquez, llamó al Cuerpo de Bomberos de Ciudad Ojeda y a Protección Civil para que hicieran un rastreo sobre la inconsistencia de la tierra en el lugar.

Según el informe sellado por la Alcaldía de Lagunillas, la zona está inhabitable debido al deterioro y hundimiento de las viviendas, afectadas por la licuefacción (inconsistencia de los suelos), misma que ha provocado escapes de gas.

Explican en el documento que el sitio tiene 96 % de vulnerabilidad por encontrarse a 8,7 metros debajo del nivel del Lago de Maracaibo.

La minuta con el resultado de la inspección, fue entregada el pasado 7 de abril al teniente Tauriko Márquez, gerente de Ducolsa región occidente, quien sostuvo, entregaría el informe al gobernador Francisco Arias Cárdenas.

“Nosotros le entregamos el documento para solicitar la reubicación, porque desde que fue inaugurada la empresa ha estado vigente el Plan “Subsidencia Cero”, ya nuestras áreas alrededor fueron demolidas, pero el campo petrolero no”, sentenció Basalo.

Los residentes recuerdan con estupor las lluvias del 26 de mayo de 1993, cuando fueron afectados por una inundación donde las viviendas se anegaron hasta en 1.50 metros de altura. “Sin embargo, 23 años después no hemos sido considerados como las dos mil familias que sí fueron reubicadas”.

“Somos todos”

La comunidad se ha organizado bajo el lema “Campo Alegría Somos Todos”, allí convergen activistas oficialistas y opositores quienes quieren lograr un solo fin.

"Antes trabajaba cada uno por su lado, pero entendimos que tenemos que trabajar en bloque para lograr lo que queremos, porque tenemos miedo, ya 10 casas fueron demolidas”, acota Basalo.

Asimismo, en medio del desespero esperan por la respuesta desde hace una semana. La desinformación los tiene angustiados, esperan la respuesta de Ducolsa.

En su propuesta de reubicación solicitan que todos sean llevados a una misma zona “porque somos vecinos que tenemos 60, 50 y 40 años conviviendo”.

Sentencian que quieren mudarse juntos porque no pueden dejar a ningún vecino rezagado, aunque señalan que deberían al menos actuar con las personas que residen en casas que ya están cayendo a pedazos y temen por sus vidas.

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