El diario plural del Zulia

Manuel Conecta quiere romper fronteras y llevar solidaridad a Latinoamérica

Tras más de un año de labor social, Manuel Alejandro Núñez Chourio se ha convertido en el joven de las redes sociales, amado y apoyado por su altruismo. En un futuro no muy lejano, anhela tener la oportunidad de viajar a otros países de América Latina y continuar con su labor humanitaria. Aunque ya ha adquirido la gracia de visitar y dejar su mensaje en México y Estados Unidos

“Un instrumento de Dios” empezó a transitar visiblemente las calles marabinas en febrero de 2020 con el afán de ayudar a otros. Aunque para muchos aún es sorpresivo ver esta manifestación de solidaridad en la figura de un joven delgado y entusiasta, para otros ya es común saber quién es Manuel Conecta, el zuliano que promueve las iniciativas que suman esperanzas.

Tras más de un año de labor social, Manuel Alejandro Núñez Chourio, como es el nombre de pila de este chamo de 23 años, se ha convertido en el joven de las redes sociales, amado y apoyado por su altruismo y catalogado como el “Influencer con propósito”.

Sin embargo, el estudiante de Administración de Empresas, mención Mercadeo de la Universidad Rafael Belloso Chacín, expresó que no es un "antónimo de autenticidad".

“Me gusta ser muy auténtico, creo que soy orgánico. Me agrada que las cosas salgan sumamente naturales, que se hagan bien y muchas veces digo que soy súper meticuloso, pero cuando hago las acciones improvisadas probablemente me salen mejor”, explicó Núñez.

Valores familiares, impulsores en su crecimiento

Este poder de autenticidad para Manuel no es nuevo. Aunque es conocido por su alcance en redes sociales, con un millón de seguidores en Instagram y miles de reproducciones en los videos que comparte en sus plataformas de los casos sociales que atiende, el joven afirmó que desde pequeño compartía estos ideales gracias a la formación y ejemplo de su familia.

Durante una pausa en sus labores para visitar Versión Final, señaló que en la U. E. Colegio Bellas Artes hubo muchas iniciativas en las que pudo desarrollar sus intereses. “Creo que por los valores familiares terminé adquiriendo las experiencias para dedicarme a lo que hago hoy en día”, refirió.

“Mi papá siempre me enseñó que es más importante dar que recibir. Mientras fui creciendo me di cuenta que a mí me llenaba más apoyar, y en momentos de mi vida donde caía en crisis por malas situaciones, el ayudar siempre me terminaba llenando”, reveló “Conecta”.

De acuerdo con el futuro mercadólogo, con estas acciones quería tapar una especie de vacío al realizar obras solidarias, algo que se fue convirtiendo en más que un pasatiempo. “Era lo que quería hacer todos los días”.

De Núñez a “Conecta”

Los años pasaron y en medio de la pandemia Núñez concretó una de sus aspiraciones. Un hecho que compartió en sus redes sociales el 20 de febrero de 2020, cuando decidió hacer pasar “Un día diferente” a Ramón Valera, mejor conocido como “Pirulí, el payaso”, un zuliano en estado de vulnerabilidad que dormía en plazas o en sitios del casco central de Maracaibo.

“Desde hace mucho tiempo tenía una idea en mente. ¿Por qué no crear un reto para ayudar a los más necesitados? Con el objetivo de hacer pasar a cada una de estas personas un día distinto y que por medio de redes sociales pudieran conocer sus historias. Muchos no tienen la culpa de haber terminado en esta situación, sin embargo, con esta iniciativa intentaré abrir una ventana de esperanza para todos los casos que irán viendo capítulo a capítulo. Sean bienvenidos a Un día diferente”, fueron las palabras con las que Manuel mostró el “primer hijo” de su proyecto.

Conmemoró que empezó haciendo otra cosa. "Quería especializarme a motivar a las personas o crear un contenido de desarrollo personal, pero inicié con lo que más me gustaba que es ayudar a otros y desde que subí el primer capítulo, realizando una labor social, fue que vi a lo que me quería dedicar, porque haciendo este tipo de obras de caridad podría ayudar a muchas personas”, comentó Núñez.

Agregó que siempre quiso especializarse en cuestiones de redes sociales y dedicarse a crear contenidos. “Simplemente a muchas personas que me preguntan cómo comencé, les digo que es cuestión de ensayo y error”, enfatizó quien trabajaba como community manager.

“La verdad no pensé que iba a impactar tan positivamente y sobre todo en Maracaibo. Fue la primera iniciativa que la llamé Un día diferente y después de publicar el video, la receptividad de la gente fue una locura,  muchas personas empezaron a escribirme cuando tenía dos o tres mil seguidores para ver dónde podrían encontrar al señor para ayudarlo”, recordó sobre el primer capítulo.

Añadió que inmediatamente, desde de aquel suceso, pensó en que si seguía haciendo esto “podía ser el causante de ayudar a muchas personas”, tanto directamente, cuando él los encara, como indirectamente, cuando son las personas las que van a buscar al necesitado.

“Desde que tengo memoria estoy realizando labores sociales, pero quizás por cierto miedo, porque las obras solidarias se consideran un tabú, no había querido grabarlas. Cuando solté ese miedo y sabía que lo hacía con un objetico concreto, simplemente las críticas me dejaron de importar”.

Desde dar esperanza a edificar casas

El protagonista de su segundo capítulo de “Un día diferente”, Douglas Molero, un hombre con parálisis en la mitad del cuerpo, conocido por vender “chupetas” para poder subsistir en la esquina de Delicias con Paúl Moreno, fue uno de los casos que más ha conmocionado a sus seguidores. Además, Manuel mantiene el apoyo al hombre que ya no solo es beneficiario del motivador, sino de una docena de personas que tras conocer su estado se han sumado como actores de las buenas causas.

En la actualidad los capítulos han trascendido a más de “Un día diferente”. Son diversas las labores que hace el zuliano, muchas se generan en el momento de acuerdo a los casos que consigue en su paso. Además, mantiene segmentos como “Dios no abandona”, “El tiempo de Dios es perfecto”, “Hoy paga Dios“ o “100 bendiciones”.

“Al principio hice este tipo de retos para que la gente pudiera replicarlo, pero me di cuenta que no todo el mundo se atrevía a pasar todo el día con una persona en situación de necesidad. El hecho era impulsar y motivar. Fui dejando los retos a un lado y los estoy retomando mostrando las historias de los participantes. Muchas personas que ni siquiera son de Latinoamérica los replican”, resaltó.

Al ser cuestionado si tenía una labor en particular que le impactara o algunos nombres que siempre recordaría, Núñez resaltó que se ha arraigado a tantos casos que si dejaba uno por fuera se sentiría mal.

Es así como a sus 23 años ha logrado dar abrigo a quienes no tienen casa, salud al que sufre, esperanza al desilusionado y aliento a quienes desean ser como él, un impulsor de las buenas nuevas.

“Conecta”, un sinónimo de querer romper fronteras

Desde que planteó la idea, incluso al crear el nombre para sus redes sociales, Manuel se proyectó a “ser el enlace de las personas de distintas partes del mundo que necesiten ayuda con quienes desean apoyar a otros”.

“El conecta es porque quise ser el enlace, el conector, la persona que se encargara de unir esos puntos y lograr cruzar las ayudas”, describió el joven, quien en la actualidad desea seguir manteniendo este estandarte de vinculación, esta vez fuera de su natal Maracaibo e incluso de Venezuela.

En un futuro no muy lejano, Núñez anhela tener la oportunidad de viajar a otros países de América Latina y continuar con su labor humanitaria. Aunque ya ha adquirido la gracia de visitar y dejar su mensaje en México y Estados Unidos.

El norte es “tener la posibilidad de recorrer tres o cinco países de Latinoamérica”. “Y quizás Dios me presente la oportunidad de salir del continente”, prosperó.

“Al principio, cuando decía que quería expandir mis labores por distintas partes de Venezuela, me llamaron loco. Después, cuando se fueron dando las cosas, gracias a Dios, empezaron a llegar patrocinantes y empresas que creyeron en mi trabajo y el sueño se fue haciendo más cercano”, argumentó.

Sumó que desde el inicio le dijo a la gente que Venezuela era su mundo, su núcleo, “pero quería motivar a distintas personas de la región para que decidieran hacer lo que estoy forjando y las redes sociales eran la plataforma perfecta para concebirlo”, reiteró el marabino.

También comentó que estos viajes se han logrado debido a empresas que lo han impulsado. “Esas compañías tienen unos principios con los países que quieran tocar y se llegan a acuerdos. Quisiera tener la posibilidad, luego de viajar a Estados Unidos y México, de pisar Colombia. Ya hay conversaciones para que eso se pueda concretar”, reveló a Versión Final.

En su patria, Manuel ha tenido la posibilidad de visitar este año entre ocho y 10 ciudades a las que ha asistido por medio de viajes en carretera. Valencia, Barquisimeto, Margarita, La Guaira, entre otros, han sido testigos de su altruismo. Aunque nunca imaginó “que las cosas iban a cambiar tan rápido para bien”.

“Las proyecciones que tengo para el año que viene de verdad que son increíbles porque intento planificar y proyectar lo que quiero alcanzar y muchas veces supero mis expectativas”.

El joven detrás del motivador

Las capacidades de comunicación y captación son algunas de las cualidades notorias en el discurso de este zuliano, que aunque se muestra cónsono con su sentir, admitió que siempre le repite a las personas que todos son instrumentos de Dios porque él “no es de piedra”.

“Es una de las razones por la que decidí tatuarme en el brazo Dios está por encima de todos mis altibajos, porque recuerdo perfectamente las veces en que estoy tumbado porque yo también soy una persona y la gente me ve quizás distinto”, consideró.

Exaltó que la gente al verlo haciendo labores sociales, piensa que es perfecto o que lo debe ser, “y no es así”.

“Yo siempre quiero que las personas me vean como un joven y no como una organización o fundación, por eso siempre lo dejo claro. Al día de hoy, no tengo una institución y es algo que, en un corto plazo, no siento la necesidad de concretar porque siempre he querido que me vean como un creador de contenido que se dedica a ayudar para que salgan personas de todas las edades a hacer lo mismo que yo”, subrayó.

Influencer, un “concepto bastante desvirtuado”

Sobre ser llamado influencer comentó que “el concepto está bastante desvirtuado”, argumentando que “ahorita cualquiera puede salir a la calle a hacer cualquier cosa y autodenominarse un influencer y a mí no me gusta mucho esa palabra”, sentenció, al momento que relató que la influencia no la hace la cantidad de seguidores.

“En distintas entrevistas, desde que empecé, me catalogaron como el influencer con propósito y esa definición te la debe dar la gente y no debes autoproclamarte. Es como si dijera soy la persona más humilde del mundo”, refirió Núñez.

Ante esto, recientemente Manuel Conecta quiso dejar claro su mensaje por medio de una valla con su fotografía y la frase “Influencia no es igual a seguidores”, un contenido publicitario que ha calado en los marabinos.

“Con esa frase quise expresar que quizás podrán tener cierta cantidad de seguidores, puedes hacer una convocatoria o quizás tener distintas iniciativas, pero la gente no sigue tus pasos porque de alguna u otra manera no creen en la influencia positiva. Puedes tener la cantidad de seguidores que tengas,  pero la influencia no la tienes y eso se ve”, puntualizó.

Al hablar del precio que se paga  y el valor que se gana por ser influyente o tener responsabilidad en las redes sociales, comentó que es un pago elevado.

“Es un precio caro. Yo me paro temprano y no me acuesto temprano. Es un trabajo de 25 horas al día. Hablo de una labor profesional de pararme en la mañana, salir a editar mis videos durante horas para que en la tarde o noche puedan tener el audiovisual  publicado”, describió sobre su cotidianidad.

Además, el motivador recordó que al inicio de su proyecto fue complicado porque de 100 cometarios en redes sociales, 90 eran malos.

“Ahora te metes en una publicación y comentas algo malo y te caen 150 personas encima. Es algo que se consigue trabajando porque la gente se da realmente cuenta que no es un pasatiempo sino que lo haces por vocación”, precisó.

Y aunque en las redes aún tiene personas que lo apoyan con mensajes de motivación y aliento, Manuel también cuenta con un “pequeño” equipo que hace posible sus ideas y terquedades.

“He tenido un equipo de trabajo bastante cercano. Mi grupo lo conforman menos de 10 integrantes, son personas súper cercanas, gente que son parte de mi familia. Meter a alguien en el proyecto es prácticamente introducirlo en mi familia, mi casa, es algo totalmente delicado porque es un proyecto de vida”, develó.

El grupo de trabajo o voluntariado afirmó que Manuel es “muy meticuloso y bastante cuidadoso” considerando que estas características han sido una de sus fallas que más le ha costado corregir.

“Todo pretendo o siento que lo hago mejor yo. Me ha costado mucho delegar responsabilidades. Todo ha surgido muy rápido y quizás pudiera estar un peldaño más por encima si hubiera encontrado la forma de encomendar. A diferencia de lo que pueda pensar, de que todos ellos, que son un desastre, yo sin el equipo no estuviese donde estoy, definitivamente. La verdad empecé solo y las personas Dios las fue poniendo en el camino”.

Sentido de pertenencia de sus seguidores

El apoyo de Conecta también está detrás de sus seguidores, pues ellos son motivadores, críticos y captadores de casos.

Según Núñez, la mayor parte de los casos los consigue de las redes sociales. “Me pueden escribir entre 200 y 300  personas al día y yo no lo leo todo porque no puedo pero leo la mayoría de los mensajes  y se van filtrando”, refirió.

La segunda opción es salir a recorrer la ciudad “y tratamos de encontrar a las personas necesitadas para que sea lo más orgánico posible”.  Mientras que en tercer lugar, hay casos que agarran un “nivel viral inmenso” que Manuel busca tocar y solucionar.

“Muchas veces eso pasa y me hace sentir una responsabilidad bastante fuerte que no pueda tocar esos casos y la gente se molesta. Necesito que las personas  entiendan que tengo 23 años, que hago esto porque quiero y porque me nace, no porque tenga la obligación de hacerlo”, puntualizó.

Manuel Alejandro confesó que en reiteradas oportunidades la gente tiene un “sentido de pertenencia tan fuerte” que cree que es su obligación salir a atender un caso en específico por encima de otro.

“Y no, yo soy quien decide qué caso se debe atender y cuál no porque Dios me mandó hacerlo. Como lo puedo hacer yo lo puede hacer cualquiera, porque estamos acostumbrados a darle el empujón al otro para que salga a la calle a hacer las cosas y si no lo hace vamos a criticarlo, ¿y por qué no lo haces tú?”,  cuestionó, además reiteró que todavía tiene mucho que hacer en Venezuela.

“Siento que tengo muchas cosas que hacer acá todavía. En varias oportunidades me han preguntado si me voy o me cuestionan porqué salgo y regreso. Esta es mi casa y no tengo la necesidad de irme”, agregó.

2022

Finalmente, Núñez espera que la lengua no sea el castigo del cuerpo, ya que develó parte de los propósitos que idea. Otros de sus objetivos es perfeccionar el inglés y culminar los tres trimestres que le faltan de su carrera.

“Quiero tener la posibilidad de perfeccionar el inglés para tener un mayor alcance con mi labor y cada vez motivar a más personas para que se conviertan en entes multiplicadores de las buenas acciones, que es lo que siento que yo estoy haciendo”, finalizó.

Es de esta forma Manuel se ha convertido en el joven que desea impulsar su proyecto para continuar llenando rostros de esperanza. Una voz con mensajes como “quieres saber las cosas perfectas de Dios”, “eso te lo envía papá Dios”, “lo paga Dios” o simplemente el que “todos somos instrumentos de Dios”.

Lea también
Comentarios
Cargando...