Esto es lo que pasa en el organismo cuando se deja de fumar

Un equipo de científicos rusos explicó cuánto tiempo necesita el cuerpo para recuperarse después de haber dejado de fumar y los cambios que sufre el organismo cuando deja de recibir la nicotina.

Se sabe que la nicotina estimula los procesos metabólicos y los sistemas nervioso, gastrointestinal, respiratorio y cardiovascular. Por lo tanto, cuando se deja de fumar, es difícil para el cuerpo reajustarse a su nuevo modo habitual de funcionamiento y por eso el exfumador suele experimentar malestares.

Según los científicos, una persona puede experimentar unos 30 síntomas de abstinencia que le hacen buscar una nueva ración de nicotina, entre ellos están la irritabilidad, dolores de cabeza, incapacidad de concentración, aumento de la excitabilidad, ansiedad, entre otros.

Una persona que ha dejado de fumar tiene durante algún tiempo síntomas de mala circulación, debilidad, mareos, pérdida de capacidad de trabajo. Al dejar de fumar a menudo se empieza a comer mucho, 'comiéndose' las molestias de la abstinencia de la nicotina", explicaron los autores del estudio.

A pesar de todas las molestias iniciales que pueden traer consigo dejar de fumar, la reducción del riesgo de enfermedades graves y la mejora de la salud compensan considerablemente los inconvenientes temporales porque desde los primeros días en que se deja de fumar, el cuerpo comienza a limpiarse de sus efectos.

Los científicos aseguran que al renunciar a la nicotina se fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos y el miocardio, la normalización de la tonificación de los músculos, la permeabilidad de las venas y las arterias, el organismo empieza a ingresar al rango normal de la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la optimización del suministro de oxígeno cardíaco, la reducción del riesgo de ataque al corazón, entre otros beneficios para la salud.

El estudio concluye que el proceso de limpiar el cuerpo de las consecuencias del tabaquismo dura aproximadamente un año, entonces es cuando comienza el restablecimiento de las funciones corporales, afectadas por el impacto de las sustancias tóxicas y después de cinco años, el riesgo de desarrollar cáncer se reduce tres veces.