El diario plural del Zulia

“Cubrimos 80% de las necesidades hospitalarias”

El doctor Ríchard Hill lleva casi dos meses frente a la Secretaría de Salud del Zulia. La agenda diaria, como a sus predecesores, le cambió las horas de la comida y de sueño. Es el Día Nacional del Médico cuando nos atiende. El reloj marca las 5:00 de la tarde en la Fundación Hospital de Especialidades Pediátricas (FHEP). Su anterior parada fue el Hospital General del Sur (HGS), donde designó al doctor José Parra como nuevo director.

Entre sus aspiraciones está educar a la población a disminuir –o al menos a atenuar– los brotes de zika, dengue y chikunguya. También a informar a las jóvenes zulianas en edad fértil sobre la sexualidad. Los casos de embarazos adolescentes y la mortalidad derivada de la falta de controles prenatales son serios en la región. No lo dice pero en sus conclusiones deja claro que la salud empieza por casa.

—¿Cuál es la situación del zika en el Zulia?

—En Unidad de Cuidados Intensivos solo quedan seis pacientes de casi 21 que había, y los que van llegando los vamos atendiendo.

—¿Cuáles son las proyecciones para este año?

—Todos los años vamos a tener brotes pero en la continuidad de los programas es que tenemos que ser efectivos y no efectistas. Digo esto porque tenemos que trabajar con los criterios epidemiológicos y de salud ambiental. Tenemos que mantener estos programas todo el año y no solamente los programas de abatización, fumigación y control de criaderos de vector, sino la educación en las casas, no se puede bajar la guardia: tenemos zika, chikunguya y dengue en un mismo vector que es intradomiciliario.

—¿Cuál es el punto más débil en la salud de los zulianos?

—La boca. Toda la vida. Estamos acostumbrados al consumo excesivo de carbohidratos y refrescos. Un refresco representa casi una taza de azúcar. Yo pesaba 110 kilos y dejé el azúcar y voy mejorando. Dejen de tomar refrescos por 20 días, y luego prueben uno: les sabrá amargo. Se darán cuenta de lo que estamos tomando sin necesidad.

—En el poco tiempo que tiene en el cargo, ¿ha podido hacer un balance de las fortalezas y las debilidades del sistema de salud pública del estado?

—Las fortalezas que he encontrado es el recurso humano. Es un recurso que está preparado desde el punto de vista profesional y técnico, así como el personal obrero. Las debilidades, pues, la dificultad de los recursos. El plan de inversión tiene que ser consensuado y complejo en función de a qué le vamos a dar prioridad. Ya estamos atacando la parte de atención primaria, que es la fundamental, para que los pacientes no tengan que llegar al hospital. Ya firmamos el convenio de unificación del sector salud, donde está Barrio Adentro, el Ministerio y la Secretaría de Salud. Es un paso importante porque desde hace mucho años ha habido una perdida de la estructura y cada quien trabaja por su lado.

—¿Escasean los medicamentos y los insumos en los hospitales zulianos?

—Tenemos que diferenciar lo que son las farmacias privadas, de los medicamentos hospitalarios y ambulatorios. En medicamentos ambulatorios hemos hecho un gran esfuerzo e informamos periódicamente lo que estamos entregando, primero, para que la misma comunidad identifique lo que se está llevando y lo cuide; en la parte hospitalaria, es factible que nosotros entreguemos un 80 por ciento de las necesidades, y que un 20 por ciento no llegue por problemas de poder conseguirlos. El Ministerio de Salud y la Gobernación nos han apoyado mucho en la atención primaria.

—¿Cuál es el diagnóstico sobre los embarazos adolescentes?

—Bien delicado, nosotros instamos permanentemente a través de los medios a las comunidades para que se identifique a cualquier mujer embarazada, que la hagan asistir a los centros de atención primaria. Allí cuentan con ácido fólico, hierro y polivitamínicos. Es una responsabilidad de todos. La comunidad tiene que estar pendiente de las mujeres en edad fértil para empezarlas educar, desde los colegios, sobre la vida sexual. Hay algunas menores de edad que, siendo primerizas, no llevan un control prenatal adecuado. La atención de primer nivel es donde tenemos que concentrarnos todos. Llevar la información a las comunidades.

—Este descontrol prenatal es fatal para las madres adolescentes y sus hijos.

—Tenemos un porcentaje de muertes en madres que pudiera presentarse en el parto o por otras causas: hay muertes porque se cayeron de una moto, porque estaban lavando y tuvieron un desprendimiento de placenta. No tengo las cifras precisas, pero sí son cifras importantes. Hay mujeres multíparas, que tienen cuatro o cinco niños, y no esperan el tiempo adecuado y a los nueve meses salen embarazadas otra vez, con una anemia crónica, malnutridas. ¿Entonces, qué esperamos tener? La base fundamental son los programas de salud: la parte materno-infantil y el control prenatal.

—¿Es confiable la misión médica venida de Cuba?

—Al principio, mucha gente dudaba de sus condiciones. Pero ahora vas a cualquier centro y ves contenta a las personas. En Santa Bárbara hay un anestesiólogo de la misión cubana. Cuando una persona quiere practicar la medicina y no está formado para eso, enseguida se conoce. Y en función de eso, los evaluamos, trabajamos, estamos pendientes. Los números que se manejan en Cuba en la parte de atención sanitaria no son malos. El que se ha ido a hacerse una fisioterapia se dará cuenta de la calidad del servicio, de los equipos y de cómo cuidan las cosas.

 

 

 

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