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Amor chiquinquireño: 104 nuevos servidores dan el “sí” a María

Al menos 55 niños y 49 adultos, forman parte del ejército que ya sirve a la Reina Morena, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Durante la ceremonia, con un minuto de aplausos se recordó al vicepresidente de la sociedad, Adonai Piña; a los servidores; sacerdotes y fieles fallecidos a causa del Covid-19.

Tras 18 meses de preparación, justo 18 como el día de la Patrona zuliana, la “Chinita”, la Sociedad Religiosa Servidores de María juramentó este miércoles a 55 niños y 49 adultos, quienes desde ya forman parte del ejército que sirve a la Reina Morena, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

La juramentación de este año estuvo llena de emotividad, al celebrarse en medio de la pandemia por Covid-19. Durante la ceremonia, el equipo de bioseguridad de la Basílica veló por hacer cumplir las normas de protección, mientras que con un minuto de aplausos se recordó al vicepresidente de la sociedad, Adonai Piña; a los servidores; sacerdotes y fieles fallecidos a causa de la enfermedad.

En la mañana, el padre Nedward Andrade, párroco rector del Santuario, ofició la eucaristía solemne. Los 55 pequeños nuevos servidores estuvieron acompañados por sus padres y padrinos en ese “sí” que dieron al servicio a la Sagrada Dama del Saladillo.

Por la tarde, el arzobispo de Maracaibo, monseñor José Luis Azuaje Ayala, presidió junto al padre Nedward la ceremonia de juramentación de los adultos, enmarcada en el homenaje mensual a la Patrona del Zulia.

Servir siempre “con la voluntad de buscar el amor de Dios” fue la invitación de monseñor. En su homilía recordó que María también fue servidora porque dijo al Creador: “Hágase en mí según tu voluntad”.

Recalcó que “Dios no obliga a nadie a hacer algo que no quiera hacer”, y que la importancia de la juramentación de los nuevos servidores es “que nadie los obliga a asumir este compromiso”.

Azuaje invitó a todos los feligreses a ser “testigos del amor de Dios en el servicio a los otros y a ser servidores permanentemente, comenzando por servir a la familia, en el trabajo, con el testimonio de vida y en la sociedad”.

El “sí” a la Virgen María

Luego del sermón, el arzobispo de Maracaibo tomó juramento a los aspirantes: “¿Están dispuestos a cumplir y respetar todo lo concerniente a la doctrina de la fe y las costumbres que han sido promulgadas por el Magisterio de la Iglesia? ¿quieren voluntariamente pertenecer a la Sociedad Religiosa Servidores de María?”. A coro, todos respondieron: “Sí quiero”.

En medio del canto del Ave María, sus padrinos les impusieron el característico liqui liqui blanco y las insignias bendecidas, que los acredita como nuevos servidores de la Chinita.

“Con su uniforme, siéntanse agraciados y sostenidos por el amor de Dios. Que este llamado que el Señor les ha hecho sea su nueva misión. Sientan que es María Santísima la que les da su bendición y los acompañará en este servicio”, dijo el padre Nedward.

Al terminar la misa, los nuevos servidores cargaron en hombros a la Sagrada réplica de la Chinita. Fue cuando entonces, como dice la gaita, “lo que tanto había soñado se convirtió en realidad”.

“Es un sentimiento indescriptible. Algo único en lo que llevo de vida. Cuando mi padrino Antonio Ocando me vistió de blanco sentí un peso que me transmitía una sensación muy bonita. Quizás era la señal de que al término de la Eucaristía tendría el gran privilegio de cargar a la réplica de la Virgen”, comentó Víctor Jesús Rodríguez Angulo, de 19 años, uno de los nuevos servidores.

“Es una alegría inmensa. Una satisfacción. No hay palabras que describan ese momento. Nunca lo voy a olvidar. Es de lo más bello y hermoso que Dios me ha permitido disfrutar y espero hacerlo durante años. Es una experiencia hermosa llevarla en los hombros. Estoy muy agradecido con la Junta Directiva. En este tiempo de pandemia lo más gratificante ha sido sentir la presencia del Señor, en tiempos tan difíciles”, expresó Oswaldo Mendoza, de 37 años.

Cerca de las 7:00 de la noche, la réplica de la Chinita salió del templo en su María Móvil. Recorrió la avenida 12 (Pedro Áñez), la Calle 93 (Padilla), las avenidas 16, 18, 17, y 14, entre otras, hasta regresar a la Basílica.

El manto de la Campeona de la Salud era celeste, con una cruz verde; símbolo de la petición de protección durante la pandemia. Al término de la misa, el padre Nedward instó al pueblo a “no bajar la guardia” en ningún momento y a mantener el uso de tapabocas, el lavado de manos y el distanciamiento.

"Nos sentimos complacidos, orgullosos y satisfechos. Se consolidó un trabajo de mucho tiempo. No es normal que dure tanto una formación de aspirantes, pero todo lo dictamina Dios. Estamos muy alegres de ver a los muchachos cumplir ese sueño. Me hizo rememorar ese 2006 en el que yo me juramenté. Ese es el sentimiento general de la Junta Directiva. Agradecidos con Dios y con los muchachos", expresó a Versión Final Irrasgui Padrón, presidente de la Sociedad Religiosa Servidores de María.

A mis hermanos servidores de María ya juramentados les diría que mantengan ese ímpetu, esa dedicación y siempre siguiendo el ejemplo de María. Solo así podremos llegar a su hijo Jesucristo y servirle a Dios por medio de ella. A quienes quieren próximamente ser servidores, decirles que a pesar de que no somos una sociedad perfecta, porque somos una sociedad de hombres, que tenemos también nuestras familias y trabajos, es quizás una de las mejores decisiones que pueden tomar en su vida. Ser servidor de María es un estilo de vida", añadió.

Este 6 de diciembre, la Sociedad Religiosa Servidores de María cumplirá 120 años de fundación. Desde ya se preparan para las fiestas patronales, cuyos detalles se espera sean anunciados en las próximas semanas.

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