El diario plural del Zulia

La emoción quebrada del abusado

Daniel todavía recuerda cuando lo encerraron en la casita de basura del colegio. Lo recuerda, ensimismado en su cuarto, 24 años después.

Las emociones básicas son alegría, miedo, ira, tristeza y asco. Se activan por procesos neurales y hormonales específicos. Son la base de la emocionalidad humana. Frente a un escenario de amenaza, la percepción consciente de estos muta y así, el miedo se convierte en pánico y timidez, lo que termina en aislamiento social.

El filósofo griego Aristóteles apuntó en sus tiempos que no son los hechos los que cambian el comportamiento de la gente, sino la emoción que estos generan, las historias y los impulsos irracionales. ¿Qué habría sido de Daniel si se hubiera enfrentado al grupo de jovencitos que cada viernes lo dejaba detrás de esa puerta por donde caminaban cucarachas?

La salida más fácil habría sido suicidarse. Pero no sería más que una estadística, como la que el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) presentó en marzo, tras un estudio hemerográfico: los suicidios por acoso escolar se incrementaron en 21 % en relación a 2014 y 2015.

Al contrario, Daniel decidió vivir para estudiar Arquitectura y disfrutar de su soledad. Su tristeza varió a melancolía y nostalgia, una melancolía y nostalgia por una época en la que pudo ser feliz. Esta variación de la emoción básica le produjo un tipo de trastorno no identificado que lo aísla de contextos sociales tan sencillos como una fiesta con compañeros de trabajo.

Juego mortal

Daniel nunca ha tenido novia. Es brillante, y está solo. Es analítico, todo lo mira dos veces. Si algo ajeno se introduce en su campo visual resuelve bajar la mirada y enterrarla en su celular o en las tazas que milimétricamente dispuso para el almuerzo del día.

Si hace 15 años un psicólogo o pedagogo hubiera pasado por el frente, Daniel sería vivaz, extrovertido, "amiguero" y no estaría viendo una película o jugando Nintendo en su cuarto un viernes en la noche.

Saldría a tomarse un par de tragos o a comer algo después de la oficina. Llevaría una chica con él en plan de amistad, o romance. Establecería con ella un vínculo sincero. Compartiría gustos: limonada en las mañanas, caminatas en la Vereda del Lago, la película de romance de la temporada o bajarían música de Internet.

Irían a bailar con algunos amigos y celebrarían cumpleaños familiares. Cenarían cada viernes un plato diferente y probarían postres por el puro placer de estar juntos. Planearían su primer viaje, en plan de amigos, y entonces nacería el amor.

Pero para que Daniel se convierta en eso, tendría que haber tomado terapias psicológicas una vez a la semana durante su época escolar.

Como sobredosis de vitaminas

Cada año se suicidan en el mundo alrededor de 600 mil adolescentes entre los 14 y 28 años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mitad relacionadas con acoso. En los países europeos las cifras repuntan. Al año se suicidan 200 mil adolescentes.

En Venezuela, la violencia ejercida por otros también lleva al suicido. En 2014 se registraron 11 casos. Un año luego, fueron 14 y, en 2016, 17. Estas cifras engloban 21 %. Cecodap también documentó un hecho de "ruleta rusa" y otro por sobredosis de droga.

La familia de Daniel le da gracias a Dios porque en él la consecuencia de ser abusado en edad escolar sólo varió sus emociones y lo convirtió en una persona ansiosa que se inhibe socialmente. Prefieren a un Daniel hipersensible que evita la interacción con otros, a un Daniel muerto.

Abordaje integral

María Inés, «la que se toma la orina». Así la llaman. En realidad, nunca la probó, pero a juzgar por el olor cree que el líquido es ácido.

Dos compañeras aplicaron tanta fuerza que la dejaron out una mañana reciente. Le halaron el cabello y la golpearon en el abdomen. Cuatro manos trataron de abrirle la boca. La presión de los labios y dientes casi le saca sangre. Las agresoras se rindieron porque escucharon ruidos.

Semanas después de este incidente, María Inés llegó a la consulta de la orientadora. El duelo lo traía vivo. La humillación, latente.

"La que se toma la orina". Ese líquido transparente y amarillento contiene 95 % de agua, 3 % de urea y ácido fólico y 2 % de sales minerales. Lo mejor para ella es pensar que, de habérselo tomado, sería una más que probó la orinoterapia.

La terapia, en estos casos, es constante: como sobredosis de vitaminas. Trabajan primero el duelo por ser humillado. Jóvenes como María Inés pierden su identidad y el respeto por sí mismos. Trabajo de hormiga el que debe hacerse para reconstruir la individualidad.

Se le dan herramientas para levantar la autoestima y para recuperar su propia imagen. Se les enseña que es necesario poner límites cuando lo que viene es considerado inadecuado.

Se ponen en su lugar las emociones básicas. Se regenera el sentimiento por el colectivo. Se colorea la identidad y la manera de percibir el mundo. Se procura la inserción social a largo plazo. Y en este proceso, nunca se deja de lado a la familia.

 

 

 

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