El diario plural del Zulia

El estrés del zuliano: un golpe a la salud

Suda, recuesta medio cuerpo encima de la mesa del comedor. Cierra los ojos, los abre, pasa sus manos por la cabeza, toma café y enciende un cigarrillo. Su mente no para, no descansa. El ceño está fruncido constantemente; así es en el sol y en lo oscuro. Minerva Contreras es su nombre y solo piensa en el mañana, en lo que ocurrirá, en cómo va a comer.

Ella vive en una buena casa del sector Los Haticos. No tiene grandes lujos dentro. Dos hermanas y una hija componen su núcleo familiar, pero son dos nietos los que le roban el sueño. Solo una de ellas trabaja, Minerva en particular espera la pensión del Seguro Social para solventar sus necesidades principales. Con eso alimenta y paga los gastos de los pequeños de 6 y 7 años, todo el mes. “A veces no van a la escuela porque no tienen para merendar”, dice.

Enciende otro cigarro, en menos de cinco minutos de entrevista. No para en el hogar, tampoco en la calle, sale en busca de los alimentos para hacer el desayuno, almuerzo y cena o lo poco que puedan comer. Los vecinos la ayudan aunque sus pensamientos den vueltas. Sus pequeños, a los que se atribuye como hijos, carecen de vestimenta y zapatos para el colegio. Eso la angustia.

datosversionfinalQuedó viuda hace unos 13 años y aunado a la “situación del país”, su mundo se vino abajo. Una joroba da cuenta del peso que lleva encima. Asegura que su extrema delgadez a los 60 años se debe a eso. “Era una mujer gorda y ahora peso poco más de 50 kilogramos”. Se lo atañe al mal comer, a la falta de dinero, al no poder dormir, pero menos al cigarrillo porque en él encuentra unos minutos de paz, en medio de tanta ansiedad.

En cada parada del metro, en cualquier carro por puesto, bus o supermercado se escucha el tema de la economía en Venezuela. Los casos como el de Minerva, parecen multiplicarse. Un cúmulo de gente ansiosa que camina por doquier, pelea y es intolerante corre por los pasillos de la gran Maracaibo, en su mayoría quejándose.

La psiquiatra María Elena Urbina lo mira con preocupación. Diariamente de 10 pacientes que van a sus consultas, ocho tienen la ansiedad como trastorno. “La incidencia es alta debido a la crisis actual del país, hay una incertidumbre generalizada y esto va haciendo que nuestra gente se haga más vulnerable a presentar cuadros de depresión y ansiedad”.

Una ciencia

Con el libro Consejos para vivir feliz en la mano, del escritor estadounidense Bernie S. Siegel, la experta en psiconeuroinmunoendocrinología explica que las personas que sufren de depresión, estrés y ansiedad están más propensos a enfermarse de diabetes, cáncer, artritis, lupus, psoriasis, vitíligo y una serie de enfermedades que tienen que ver con la depresión del sistema inmunológico “que es ese sistema de protección y seguridad que nos de ende y nos protege de virus, bacterias y hongos, pero también nos de ende de la multiplicación anormal de células”.

datosversionfinalGenerar el cambio individual para luego generar un cambio colectivo es a lo que apuesta la también profesora universitaria. Menciona que así lleguen al país gobernantes con buenas intenciones si no hay revés en la conducta “irresponsable y desordenada que llevamos”, todo va a seguir igual.

Cuenta cómo las personas que viven en constante sufrimiento incrementan unas sustancias dañinas para la salud que se llaman Cortisol y Adrenalina, lo que hace que se deprima el sistema inmunológico impulsando a la alteración de las células, virus y bacterias. De la manera contraria, cuando las personas se dan tiempo a estar optimistas y alegres van activar sustancias del placer llamadas endorfinas, serotoninas y oxitocinas.

Sensaciones

La sensación de inseguridad que perciben día a día los zulianos también es repunte en las visitas de la psicóloga Gabriela Blanco. Ella es experta en psicología de la salud, en adolescentes y adultos. Ve con estupor como hay menores que manifiestan el temor que tienen a que sus padres puedan ser asesinados o secuestrados.

datosversionfinal“Tuve que hacer tal cola por comida, me subieron el colegio del niño”, Son algunas de las inquietudes de los pacientes que acuden al consultorio de Gabriela. Ella explica cómo personas con altos síntomas de ansiedad como Minerva pueden disminuir en gran porcentaje su calidad de vida, debido a que magnifican las situaciones, se aíslan e incluso pueden sentir que están en peligro de morir.

La especialista califica a la ansiedad como no mortal, pero sí como causa negativa para el deterioro personal. Destaca que este tipo de alteraciones no son la causa principal de enfermedades mortales. “Por supuesto, cuando nuestro cuerpo está bajo una tensión muy fuerte todo nuestro sistema sufre, lo que puede acelerar el proceso de una enfermedad”.

Ejemplifica que hay pacientes con padres que sufren de ataques cardíacos, lo que a su juicio genera una predisposición porque existen antecedentes.

Estas causas y consecuencias de estados de ansiedad no las conocerá Minerva. No quiere acudir a un especialista, solo vive para solventar el mañana, mientras que en el presente, colilla tras colilla le está poniendo fecha a su muerte.

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