El diario plural del Zulia

Crece la oferta de pollo y bajan cada vez más las ventas

La crítica situación sobre la disminución de producción de pollos que desencadenó una abismal escasez del producto se ha venido normalizando progresivamente, según lo informó Rodrigo Méndez, directivo de la Asociación de Agricultores del Zulia (Agranzu). El productor calificó la actividad en el sector avícola como “estable” en lo que cabe dentro de los promedios de producción en la región.

“Actualmente, se están produciendo aproximadamente cinco millones de kilos de pollo de manera mensual en el estado Zulia”, dijo.

Sin embargo, los altos costos de este rubro han impedido a los ciudadanos su compra regular, obligándolos a eliminar de su dieta esta proteína animal. Este hecho ha provocado una abundancia de pollos en los anaqueles, y una ausencia de compra por parte de los consumidores, lo que ha provocado la caída paulatina de los precios.

Mientras tanto, quienes se encargan de comercializar este rubro, se ven igualmente afectados por la situación, por las pérdidas en las ganancias puesto que se descomponen por el tiempo que permanecen en las cavas.

“Indudablemente han bajado los costos. El poder adquisitivo de la población está cada día más castigado, y al caer la demanda de este producto perecedero, la abundancia del mismo en cualquier momento lleva a saturar el mercado, lo que obligará a las empresas y distintos comercios a competir entre sí y bajar los precios, inclusive por debajo de los costos reales”, agregó Méndez.

El directivo destacó que por la situación, el precio tope del producto avícola se ubicaría en 1.800 bolívares, dependiendo del negocio en donde se distribuya.  También enfatizó que el comportamiento del consumidor en cuanto a las presentaciones de la proteína, se centrará en la compra de partes de fibra gruesa, como las alas y los caparazones, pues son estos los que actualmente presentan precios más bajos, siendo los más accesibles al público.

Incertidumbre en comercios

En un recorrido realizado por los mercados de la ciudad, se constató con vendedores y compradores, que ha existido una inestabilidad en los costos, aumentando o disminuyendo de entre 50 y 400 bolívares por kilo en cuestión de días. Se consigue en 1.350, 1.450, 1.600 y hasta 1.800 bolívares el kilo en muchos establecimientos.

Varios dueños de los negocios y expendios de carnes frías, expresaron que no es posible informar a los clientes sobre un precio fijo, pues varía de forma seguida.

De igual forma, se ven afectados por la situación, pues las pocas ganancias han puesto en peligro sus comercios. Cabe destacar que la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) anunció el pasado mes de mayo un ajuste en los precios y publicó los nuevos costos de rubros como el maíz blanco, la harina de trigo, el Alimento Balanceado Avícola (ABA) y el pollo, ubicando este último en 850 bolívares el kilo de pollo entero, el de pechuga con hueso en 1.120 y la deshuesada en 1.457 bolívares.

“El precio sí ha ido bajando poco a poco por la falta de demanda. Hace unas semanas estaba a 1.900 bolívares el entero, ahora varía entre los 1.500 y 1.600, pero hoy (ayer) me llamaron los proveedores y me dijeron que había aumentado 100 bolívares”, comentó José Ferrara, propietario de Carnicerías Ranfer, ubicada en el centro comercial Pomona.

Un propietario, que prefirió no identificarse, alegó que muchas de las cavas de su negocio se encuentran desocupadas, pues él y su personal se han abstenido de adquirir mercancía por la falta de compra de los clientes.

Los pollos se están pudriendo aquí. Tenemos todo vacío, porque ¿quién quiere metersese a vender una mercancía para ver pérdidas? Las ventas están por el suelo. Estamos esperando a diciembre a ver qué pasa, pero para nosotros, la situación es muy alarmante”.

Por su parte, Nelly Morillo, compradora frecuente del mercado Santa Rosalía, comentó que a pesar de la paulatina disminución de los precios, no todos los ciudadanos tienen la posibilidad de acceder al rubro.

A veces está a 1.600 y otras a 1.300 y 1.400 bolívares el kilo. Algunos hacemos el esfuerzo y compramos, a duras penas, para no quedarnos sin comer salado, pero he visto cómo otros entran y averiguan en cuánto están los precios nada más para salir corriendo”, afirmó la mujer.

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