El diario plural del Zulia

GNB utiliza gas naranja para reprimir

La Guardia Nacional detuvo a siete jóvenes en el Palacio de Justicia. El Trancazo se cumplió por seis horas

Casi 100 días de protesta y la gente no se doblega. Como expresa Alvar Aalto: “El espíritu de reconstrucción surge del profundo instinto del ser humano como una protesta realista y como símbolo de su voluntad de vivir”. Este espíritu de cambio lo demostró ayer, la sociedad civil de Maracaibo al llamado nacional de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a marchar hacia las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Desde la plaza La República caminaron hasta la sede del Ministerio Público (MP) para brindar apoyo a las recientes acciones de Luisa Ortega Díaz, fiscal general de la República. Posteriormente, los jóvenes de la Resistencia guiaron a los manifestantes hasta el Palacio de Justicia en el casco central de Maracaibo.

Altagracia Martínez, una señora de 66 años de edad, muy testaruda en sus convicciones, dijo que “el país no se puede dejar en manos del régimen de Maduro”. Con voz fuerte, caminaba junto a los jóvenes diciendo: “Los venezolanos viven en miseria pero sentados en un lingote de oro, porque somos uno de los países más ricos en petróleo, esto no puede estar pasando, tenemos que exigir un cambio, Maduro se tiene que ir porque no sabe gobernar, el país le quedó grande”.

Trancazo de seis horas

En el trayecto obstaculizaron con palos, piedras, basura y árboles, el paso en la avenida 5 de Julio y en la Doctor Portillo hasta llegar a la avenida 15 Delicias para darle cumplimiento al Trancazo de seis horas. Mujeres de la Resistencia se acercaron a los comercios y pedían que cerraran sus puertas.

Una vez congregados en el centro comercial Ciudad Chinita, los jóvenes de la Resistencia lanzaron piedras y objetos contundentes a las ventanas del máximo poder judicial. Estos actos hicieron que la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez) salieran a dispersar a los protestantes. Para reprimir, la GNB lanzó a la multitud bombas lacrimógenas que contenían un gas de color naranja que, según los presentes, es un tipo de gas tóxico que está prohibido, que provoca picazón en la piel. Según opositores de las redes sociales el gas es usado en Kuwait.

Motorizados de la GNB se llevaron detenidos, debajo del puente Padilla, a siete jóvenes que presuntamente fueron los que rompieron las ventanas del Palacio de Justicia. En ese momento, manifestantes de las Torres enfrentaron a los guardias quienes lanzaron proyectiles de gases lacrimógenos y abandonaron el sitio.

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