El diario plural del Zulia

Alta participación en las primeras elecciones en Zimbabue sin Mugabe

El actual jefe de gobierno, Emmerson Mnangagwa, de 75 años, es el favorito para ganar las elecciones con un 40 % de intenciones de voto

Los zimbabuenses votaban masivamente este lunes en las primeras elecciones generales desde la caída del presidente Robert Mugabe, que durante las casi cuatro décadas que estuvo en el poder sumió al país en una grave crisis económica.

Un récord de 23 candidatos concurrían a las presidenciales, organizadas al mismo tiempo que legislativas y municipales.

Pero la contienda por la presidencia se centraba en el presidente saliente Emmerson Mnangagwa, exaliado de Mugabe y líder del partido gubernamental ZANU-PF, y el opositor Nelson Chamisa, representante del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

Tras haber monopolizado la presidencia desde la independencia de Zimbabue en 1980, Mugabe, de 94 años, fue forzado a dimitir en noviembre por su propio partido con el apoyo de los militares.

Estas primeras elecciones de la era posMugabe suscitaban un gran entusiasmo.

"La participación es elevada", anunció a media jornada la presidenta de la comisión electoral, Priscilla Chigumba.

Desde el amanecer se formaban largas colas frente a muchos colegios electorales, cuyo cierre estaba previsto a las 7:00 de la noche, hora local.

"Tengo esperanza en un nuevo Zimbabue" que "dé oportunidades iguales a todos", decía Lalita Mtetwa, una diplomada de 30 años sin empleo. "Tenemos a millones de personas con educación y sin trabajo que viven en la pobreza, sólo los ricos están mejor", fustigó.

"He votado por Mnangagwa", decía por su parte Robina Mayobongwe, a 80 años, que llegó en una carreta tirada por un asno. "No se puede confiar en los jóvenes. Devolverán el país a los colonizadores", agregaba.

Intervención sorpresa de Mugabe

Mugabe, que votó acompañado por su esposa y bajo los flashes de los fotógrafos en Harare, no quiso hacer comentarios.

Sin embargo, la víspera había comparecido por sorpresa ante los medios para llamar a los votantes a echar del poder a su formación y dar su apoyo a Chamisa, de 40 años, quien se hizo recientemente con el liderazgo del MDC, tras la muerte de su dirigente histórico, Morgan Tsvangirai, el eterno rival de Mugabe.

Pero el favorito es Mnangagwa, de 75 años, un miembro de la élite del ZANU-PF que se presenta como el hombre de la renovación para Zimbabue, una nación del sur de África sumida en una grave crisis económica por la gestión de Mugabe.

Aún así, Chamisa se ha aferrado a la contienda y esperaba movilizar a la población joven, más proclive a votar por un cambio y dar un portazo a la vieja guardia.

Desde su fastuosa mansión de Harare, donde Mugabe disfruta de un dorado otoño del patriarca, dio la espalda a su partido en una rueda de prensa en la que ajustó las cuentas pendientes.

"Confío en que las elecciones de mañana sirvan para derrotar al actual gobierno militar", dijo.

Mnangagwa, que se juega su legitimidad en el poder, salió al paso afirmando que esto era la prueba de que Chamisa estaba aliado con el exlíder.

Incómodo, el líder de la oposición negó dicha alianza y el lunes afirmó confiar en su victoria.

"No me cabe duda de que al final del día deberíamos tener una voz categórica a favor del cambio", lanzó, antes de volver a denunciar la posibilidad de fraudes.

"En las regiones rurales (...), si la votación es justa, la victoria es segura", afirmó.

La brecha entre ambos se redujo recientemente: Mnangagwa contaba con un 40% de las intenciones de voto, frente un 37% de Chamisa, según un sondeo publicado hace diez días por el grupo Afrobarometer.

Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, está previsto que se organice una segunda vuelta el 8 de septiembre.

Durante toda la campaña, Mnangagwa prometió el apogeo de una "nueva democracia" y miles de millones de dólares de inversiones para resucitar la economía, arruinada por la crisis y las catastróficas reformas de su predecesor. Pero su credibilidad es puesta en duda por quienes le acusan de haber sido uno de los ejecutores de la represión de Mugabe.

La oposición denunció irregularidades en la preparación de las elecciones y Chamisa aseguró que los comicios iban a estar empañados por el fraude.

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