El diario plural del Zulia

La revolucionaria del comercio

A finales del siglo XIX Maracaibo es un importante centrointelectual y mercantil de Venezuela. Precursora en adelantos tecnológicos y artísticos en nuestro país, la pujante ciudad es también un dinámico puerto internacional con múltiples representaciones consulares.

En ese ambiente de vanguardias nacela primera tienda por departamentos de Venezuela, la Casa MacGregor, fundada por el empresario zuliano Emilio Mac Gregor Novoa en 1892. El hoy legendario establecimiento irrumpió en el comercio local con un original estilo de ventas,que conquistó al público y cambió para siempre los hábitos de consumo de los zulianos.

En las últimas décadas del siglo XIX ocurren en Maracaibo antes que en el resto de Venezuela, avances trascendentes que modernizan el rostro del país, ejemplo de ello son la instalación del alumbrado público o la creación del Banco de Maracaibo, primera entidad bancaria del país. El nacimiento de la primera revista venezolana, “El Zulia ilustrado”, o la instalación de los primeros teléfonos de Venezuela.

El emporio comercial tiene su centro en el Bulevar Baralt y en la Calle del Comercio, donde se concentran incontables firmas con una oferta de productos del extranjero, que entran a la ciudad a través del puerto.

En ese Maracaibo decimonónico las llamadas “tiendas” son establecimientos especializados en su género, donde cada casa ofrece la variedad de un artículo en particular. Encontramos así las tiendas de sombreros, las de calzado o las de vestidos, cuyos avisos aparecen publicados en las ediciones de la época del diario “El Fonógrafo”.

Ese concepto de “tienda” da un gran giro en 1892, cuando irrumpe en la ciudad un novedoso estilo de venta al público, que cambia para siempre los patrones de compra del marabino. Ocurre dentro de un recién estrenado edificio de dos plantas, y más de 1.600 metros cuadrados de construcción, que se impone con sus dimensiones en el Bulevar Baralt, en la esquina de las Calles Comercio y Colón.

Planta alta

La planta alta llama poderosamente la atención. Está decorada con simuladas columnas jónicas y posee hileras de puertaventanas con balcón, coronadas con el rostro vigilante de “Hermes”, Dios mitológico griego del comercio. Sus dimensiones, y sus vistosas fachadas en blanco y ocre, despiertan el interés del público por cruzar las puertas del almacén para enterarse de lo que ocurre adentro. Las expectativas no mueren en desilusión. Todo lo contrario. Lo que viven los curiosos al entrar en la planta baja es una auténtica experiencia.

El establecimiento ofrece por primera vez un abanico de mercancías que cubre amplia gama de necesidades dentro del menaje del hogar, la oficina, la recreación, la construcción, el transporte y multitud de renglones más. Allí puede el marabino conseguir, como popularmente lo expresa, “todo lo que busca y lo que no busca”. Desde una silla de montar o una bicicleta, hasta un sombrero de plumas para señoras, un folio de papel o un lápiz. Desde una lámpara de techo con cristales, hasta cuchillos de cortar carnes o “cucharas soperas”.

Sobre una superficie de más de 800 metros cuadrados, artículos de todo tipo hacen su despliegue libremente, lejos de las tradicionales repisas tras el vendedor que habían imperado hasta entonces. Según las notas de la periodista Teresa López Bustamante, tal modalidad deslumbra al marabino.

Por primera vez puede acercarse y palpar, sin necesidad de pedir al dependiente el producto o indagar si en la tienda hay existencias. Los artículos están al alcance de su vista y de sus manos, en un bosque de mercancías cuyos senderos recorre entusiasmado. Aquello no es una feria de productos. Se trata de la apertura de un almacén distinto, la Casa Mac Gregor, que sella una nueva vanguardia para el Zulia.

Ha nacido en Maracaibo la primera tienda por departamentos del país.

El almacén continúa en pleno funcionamiento a lo largo de casi un siglo, con una oferta siempre dinámica. Los productos se van renovando año tras año, al ritmo del desarrollo industrial de Europa y de los Estados Unidos. Algunos desaparecen y otros hacen su debut como grandes novedades. Las sillas de montar serán desplazadas por las piezas de los primeros automóviles, que ruedan por las calles aleda- ñas al almacén a principios de 1900, y aparecen sofisticados aparatos, producto de la modernidad del siglo XX. Tal es el caso de las cámaras Kodak, una exclusiva de Mac Gregor que instala en la sede su popio laboratorio de revelado fotográfico comercial. Para 1920 el almacén será representante demuchas importantes firmas mundiales, entre ellas Pinturas Sherwim Williams, Plumas Parker y productos de belleza Elizabeth Arden.

Ícono de la ciudad

El almacén se mantuvo en plena actividad hasta 1978 y desde sus inicios se convirtió en referencia del peatón, adoptando su nombre algunos rincones de los alrededores, hoy en día olvidados. El más famoso de ellos fue la popular “Esquina de Mac Gregor”, lugar donde se ubicaba la estación del tranvía de la zona desde el siglo XIX y punto tradicional de encuentro de los marabinos hasta las primeras décadas del siglo XX.

Sus paredes vieron pasar tres generaciones de zulianos, así como también los cambios en el comercio, los productos y los hábitos de compra de la ciudad durante casi un siglo. Fueron testigos de la historia comercial del Zulia y del desarrollo industrial del mundo contemporáneo, reflejado en las transformaciones de las variadas mercancías que, a lo largo de 86 años, llenaron sus espacios.

El edificio resistió estoicamente el paso del tiempo, sufriendo accidentes, un incendio y cambios de mando en la propiedad y la gerencia. Su fachada exterior aún está en pie y sigue una minuciosa restauración por parte del gobierno local, que observa atento el ciudadano. Ello permitirá que este ícono florezca de nuevo ante los ojos de los marabinos, para recordarnos siempre nuestras raíces y nuestrotradicional carácter de pioneros, en múltiples aspectos de la historia del país y de la vida nacional.

 

 

 

 

 

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