El diario plural del Zulia

Así es viajar en “La Bestia”, el peligroso tren que atraviesa pueblos de México

El sistema ferroviario azteca es medio de transporte para, entre 400 mil y 500 mil migrantes que se embarcan de manera clandestina al sur de ese país.

¿Qué es La Bestia? Muchos pensarán que se trata de un animal salvaje y feroz, con figura avasallante y ese es el cuerpo que centenares de miles de migrantes le otorgan al también conocido Tren de la muerte”, un sistema de ferrocarriles que atraviesa los poblados de México de sur a norte y transporta sobre sus lomos a cientos de migrantes cada día.

“Escuché de gente que había llegado hasta Texas montada allí”, explica Milena, una venezolana que prefirió reservar su identidad y detalló a la BBC su experiencia. Ella asegura que en Venezuela ya había escuchado historias sobre esta serpiente metálica que chirrea y protagoniza infinidad de pesadillas.

Se estima que entre 400.000 y 500.000 personas viajan al año irregularmente sobre sus estructuras para acercarse a la frontera con Estados Unidos. Principalmente migrantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Haití y Venezuela.

Rutina cerca de los rieles

Los migrantes deben esperar por horas y saltar del tren en lugares desconocidos al tiempo que intentan evitar a los agentes de migración, a la policía y a los grupos criminales. Van expuestos al aire libre. Muchos han perdido partes de sus cuerpos e incluso la vida intentando escalar o al caer del tren en su recorrido entre curvas y túneles.

Milena hizo el abordaje en Puebla. “Esperamos como cuatro horas en la carrilera hasta que hubo un tren que bajó la velocidad. Logramos trepar por detrás de un vagón. Estuvimos ahí colgados toda la noche. Nos bajábamos de un tren, descansábamos y nos subíamos a otro para avanzar. Hicimos lo mismo tres veces, hasta que mi sobrino se cayó de un vagón en un arranque. Yo empecé a gritar como loca; él como pudo se subió de nuevo en un vagón más atrás y ya por arriba del tren fue avanzando hasta que llegó donde yo estaba”.

Pero una de las historias más dolorosas para la diáspora venezolana la protagonizó Yosenyer Serrano, migrante venezolano de 29 años que perdió ambos brazos luego de sufrir un accidente el pasado 6 de febrero cuando viajaba sobre un vagón con destino a Ciudad Juárez.

Serrano, quien en Venezuela había sido jockey profesional, se cayó del tren en movimiento al perder el equilibrio. El accidente habría ocurrido el 6 de febrero, cerca del tramo 45 de la carretera Ciudad Juárez-Ahumada. Al caer unos 40 vagones pasaron por encima de él. Yosenyer viajaba con su primo, quien al verlo caer se lanzó a tierra para buscarlo.

Experiencia increíble

En marzo pasado, Oscar Castillo, documentalista criollo, escribió su experiencia en un artículo de opinión del The New York Times. “Cuando el tren apareció, todos corrieron para subirse en su lomo; las familias tenían la preferencia y subían a los vagones que tienen una plataforma de metal donde es posible aferrarse con más seguridad. Yo subí al techo de otro vagón con dos panas que había conocido un par de horas antes y que se hacían llamar Oriente y el Niche”.

Castillo recuerda que temblaban por el frío. “En un momento nos dimos cuenta de que debíamos saltar del tren apenas disminuyera la velocidad. Mientras las ruedas chirriaban contra los rieles y nosotros luchábamos por no perder el agarre, yo pensaba en cómo habíamos llegado a este momento”, detalla.

Al ser trenes de carga, estos van a toda velocidad y no se detienen si alguna persona cae en las vías. De hecho, en las comunidades cercanas a las estaciones con frecuencia se organizan recorridos para buscar cadáveres y heridos a lo largo del camino. También suelen ocurrir asaltos por parte de bandas delictivas o secuestros y tráfico de personas por carteles de narcotráfico.

“Una madre que viajaba con sus cinco hijos me dijo lo vulnerable que se sentía. Me hizo recordar a un hombre que me contó que había sido secuestrado cómo lo habían amarrado a una silla por 18 días y alimentado solo con comida para perros y agua. Al grupo que viajaba la misma ruta antes que nosotros les robaron sus cosas, pero decidieron continuar: ya no tenían nada más que perder. Historias como estas me hacían pensar en las muchas razones que esa madre tenía para estar tan asustada”, completa Castillo.

“La Bestia” tiene rutas hacia Tamaulipas y Texas o hacia Sonora y Baja California antes de llegar a la frontera de 3.145 kilómetros. La Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas ofrece una visión del riesgo que implica abordarla.

“Las principales muertes registradas en las rutas migratorias, desde Centroamérica, son los accidentes ocurridos, mayormente, en trenes de carga que son usados como medio de transporte por los migrantes. La violencia en (su) ruta, que va desde los homicidios hasta los abusos físicos y la violencia sexual, es la segunda causa más común de muerte en la zona”, señala.

Lea también
Comentarios
Cargando...