Real Madrid suma su segundo triunfo en la Champions tras vencer 3-2 al Napoli

Una sensación de superioridad fue lo que emanó la actuación de Jude Bellingham, que con una asistencia y un gol quebró a un Napoli que salió convencido de poder hacer daño al Real Madrid y que a punto estuvo de obtener su premio si no hubiera sido por el enésimo golpeo lejano de Valverde que acabó en un tanto en propia meta del portero local, Alex Meret, dando como resultado el 3-2 a favor de los merengues, por la fecha 2 de la fase de grupos de la Champions League.

Los primeros compases del duelo en la ciudad del Vesubio se desarrollaron con una calma tensa, una especie de preludio en el que ambos combinados se midieron hasta que entraron en calor, hasta que decidieron subir una marcha y empezar a carburar. Con Kroos y Tchouameni muy bajos para facilitar labores de construcción, el R

Pero tras los tres buenos acercamientos del Madrid, contando un testarazo de Tchouameni, llegó el jarro de agua fría a los 19′, un tanto servido en bandeja de plata por la mala salida de Kepa en un saque de esquina que dejó el balón manso en la cabeza de un Natan que remató al travesaño, y generó el lamento de un estadio Maradona que explotó cuando vio a Ostigard imponerse en el área para rematar el rechace.

No obstante, ocho minutos después, una acción que finalizó Vinicius, pero que nació de la inteligencia de Jude terminó en el empate. El inglés no fue a presionar a Lobotka directamente, esperó a que Di Lorenzo se confiara y diera el pase para apretar e imponerse con su físico, robar arriba y servir a Vini para que definiera como mejor sabe hacer, reseñó Depor.

Pese al gol de Vini, a los 34′, fue Bellingham el que puso la magia en un estadio con un nombre que pesa tanto. Porque fue el inglés el que se vistió del ‘10′ más histórico de Nápoles y, desde el centro del campo, comenzó un eslalon que acabó con un fino recorte dentro del área ante Ostigard y un disparo limpio que remontó el partido. De esta manera acabo la primera etapa.

Para sorpresa de muchos, nada más salir de vestuarios tras el descanso, el VAR advirtió al colegiado de una posible mano en un lance entre Nacho y Osimhen dentro del área. El árbitro, tras una larga espera, señaló un penalti muy protestado por los jugadores del Real Madrid al llegar de un rebote. Zielinski se encargó de igualar el marcador.

Cuando parecía que el compromiso acababa 2-2, llegó el zapatazo de Valverde,a los 78′, que volvió a enmudecer a toda la ciudad sureña. Un misil que golpeó en el larguero y que acabó entrando después de rebotar en Meret. Un nuevo rescate del Real Madrid en los últimos compases para lograr la victoria en esa competición que siente propia.