El diario plural del Zulia

Medvedev alcanza su segunda Final de Grand Slam

El moscovita se convirtió en el tercer ruso en alcanzar dos finales en Australia después de Yevgeny Kafelnikov (1999, 2000) y Marat Safin (2002, 2004, 2005).

Un candidato ha dado el penúltimo paso en Melbourne Park. Daniil Medvedev alcanzó la final del Abierto de Australia en una noche épica, superando por 6-4, 6-2, 7-5 al griego Stefanos Tsitsipas tras dos horas y ocho minutos de juego. En la noche más templada del torneo, con 30 grados asolando el ambiente, el ruso aprovechó las condiciones para imponer un juego vertiginoso. Daniil firmó su segunda final de Grand Slam y remarcó una tendencia evidente: cuando el domingo se juegue la copa ante Novak Djokovic podrá aspirar al trono.

Por encima de todo, Medvedev dio otro paso en la cúspide del tenis masculino. El No. 4 mundial, que ya aseguró el tercer puesto, ascenderá al segundo peldaño en caso de levantar el título. El ruso suma 20 victorias consecutivas, 12 seguidas hasta rivales Top 10, confirmándose como el jugador a batir en el circuito.

En Melbourne se enfrentaron a dos de los grandes candidatos a derribar la barrera del Grand Slam. El griego Tsitsipas, que tumbó a Rafael Nadal en cinco épicas mangas, buscaba otro baño de laureles. El ruso Medvedev, un competidor implacable, quería rondar de nuevo una corona major. Presentes por tercera temporada consecutiva en unas semifinales de este calibre, libraron una batalla de futuro en uno de los mayores escenarios del calendario.

Medvedev marcó las primeras diferencias empleando su golpe más certero. El revés a dos manos del ruso, uno de los tiros más respetados en el vestuario, pronto apareció en la noche de Melbourne. Con 2-2 en el marcador, Medvedev conectó dos bombazos paralelos planos para rasgar la defensa de Tsitsipas. La dureza de ese golpe, tan rápido como terminal, hizo retroceder a Stefanos, zarandeado en el fondo de pista en cada turno de servicio del ruso. Medvedev se montó sin descanso en su sublime gesto a dos manos y salvó el primer parcial sin un arañazo al servicio.

La capacidad de lucha de Tsitsipas, aún templando las cuatro horas de desgaste en la ronda anterior, apareció en el cierre del primer acto. El griego levantó dos pelotas de set al servicio de Medvedev y apareció dispuesto a mirarle de frente. El ruso cerró la primera manga con dos servicios secos, tomó ventaja de manera brusca, pero el heleno apretó los dientes hasta el último peloteo.

La ventaja no redujo un ápice la voracidad de Medvedev, decidido a competir con el corazón en Melbourne. El ruso siguió estirando cada turno al servicio de Tsitsipas hasta encontrar una nueva llave en el partido. Medvedev mantuvo la dureza de su primer servicio y subrayó la atención al resto, convirtiendo cada intercambio en un vaivén frenético. En el tercer juego hizo pestañear al griego, asfixiando el peloteo con una derecha paralela que ya no tuvo retorno. Un manotazo que terminó de condenar a su adversario, sin opciones de rotura en las dos primeras mangas.

El golpe moral fue enorme para el heleno. Tsitsipas terminó entregando en blanco otro turno de servicio y los últimos nueve puntos del parcial, sobrepasado por la violencia en el golpeo del ruso. Aquello no era ya un partido abierto sino una sentencia a falta de sello. Medvedev colocó dos mangas sin sufrir una sola pelota de rotura, toda una muestra de autoridad camino del partido definitivo.

El desenlace del partido parecía acercarse sin opción a un cierre alternativo. Medvedev arrebató el servicio a su rival en el primer juego y pronto dibujó un ilusionante 2-0, colocando una losa enorme en las manos de su adversario. De repente, sin previo aviso, un mar en calma se convirtió en temporal. Tsitsipas recuperó el quiebre y estuvo cerca de consumar la revuelta. El griego tuvo que esperar hasta el tercer set para disponer de pelota de rotura pero Medvedev lo aplacó con un ace. La amenaza había sido anulada pero el espectáculo no había muerto.

En el fragor de la batalla llegó el golpe de la noche. Con 5-5 en el marcador y la tensión por los aires, Medvedev conectó un passing shot imposible. Un revés paralelo en carrera que le hizo levantar los brazos y buscar la comunión del graderío, que lo envolvió en vítores por su gesta. El ruso no perdonó la oportunidad para cerrar el partido al servicio y confirmar su candidatura al trono en Melbourne.

Medvedev afrontará el domingo ante Novak Djokovic su segunda final de Grand Slam. El moscovita, que firmó ante Nadal una antológica final a cinco mangas en el US Open 2019, saltará a la Rod Laver Arena dispuesto a repetir el esfuerzo. Djokovic domina por 4-3 el historial ATP Head2Head ante el ruso, incluyendo el choque librado en los octavos de final del Abierto de Australia 2019, decidido en cuatro mangas en favor del serbio.

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