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Un inusual jazz con arpa y armónica suena en el festival eurovenezolano en Caracas

Desde el Teatro César Rengifo, el dúo de músicos, que sacó su álbum Harp vs. Harp en 2019, mostró al público de Caracas cómo el arpa, típico instrumento del joropo, y la armónica del blues se fusionan para convertirse en jazz

Un inusual jazz con arpa y armónica sonó este viernes en Petare, la favela más grande de Venezuela, ubicada en Caracas, uno de los lugares donde se desarrolla el Festival Eurovenezolano de Jazz y Percusión, impulsado por la Unión Europea (UE), en el que el arpista colombiano Edmar Castañeda y el armonicista suizo Grégoire Maret presentaron sus temas en conjunto.

Desde el Teatro César Rengifo, el dúo de músicos, que sacó su álbum Harp vs. Harp en 2019, mostró al público de Caracas cómo el arpa, típico instrumento del joropo -género musical tradicional de Venezuela-, y la armónica del blues se fusionan para convertirse en jazz.

"Son los raros", dijo a Efe Castañeda, de 44 años de edad, en referencia a estos dos instrumentos y su uso en el género. Aseguró que, para ambos, "ha sido una lucha independiente" salirse "de lo común o de lo popular" e incorporarlos al jazz.

Por ejemplo, en mi caso, el arpa ¿Cómo saqué el arpa de algo tradicional, de la música llanera, y la incorporé en esta música? Ha sido un trabajo de años y de pasión por el jazz", aseguró Castañeda, quien creció con el joropo en Bogotá y no conoció el jazz hasta que fue a Nueva York a los 13 años de edad.

Durante la presentación, Castañeda demostró cómo ha logrado reformar la manera de tocar el arpa, al presentar, por unos nueve minutos, el tema For Jaco -en honor al legendario bajista de jazz estadounidense Jaco Pastorius-, que tocó como si las cuerdas del instrumento fueran las de un bajo.

Juntos, los artistas fusionaron en su música sonidos de sus países, así como de otros géneros, como el joropo y el flamenco.

El joropo es de los dos países, Colombia y Venezuela, somos hermanos. Es algo muy bonito poder llevar el nombre de un instrumento, que es de aquí (...), a cualquier parte del mundo", expresó Castañeda.

Maret, por su parte, dijo a Efe que los sonidos de Colombia y Suiza se encontraron en el jazz a través de las improvisaciones que han hecho desde que decidieron, en Nueva York, hacer una colaboración juntos, a través de la cual han expresado temas como el amor, la pasión y su relación con la religión y Dios.

Tenemos ese amor por Cristo, y es muy bonito poder traer su presencia por medio de estos instrumentos y alabarlo a él para la gente", manifestó Castañeda.

Con estas inusuales maneras de tocar jazz, Maret, de 47 años, sostiene que están "creando un camino para otras generaciones".

En el festival, que se celebrará hasta este domingo, participan más de 50 músicos de Venezuela y Europa, entre ellos de España, Francia y Suiza.

La UE, encargada de la organización del festival, contó con el apoyo del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, el Centro de la Diversidad Cultural y Kumaco Producciones, así como con la colaboración de teatros, museos, salas y espacios de ocio.

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