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"Divino amor", el filme que explora cómo los evangélicos podrían dominar Brasil

En 2027, la fiesta más importante de Brasil ya no es el Carnaval sino la celebración del Amor Supremo.

¿Cuán cerca puede estar la ciencia ficción de la realidad? Con su película "Divino amor", seleccionada en la Berlinale, el brasileño Gabriel Mascaro construye una alegoría sobre un futuro próximo en su país, dominado a todos los niveles por los evangélicos.

Y sin embargo, Mascaro ("Boi Neon") empezó a trabajar en esta cinta en 2016, mucho antes de que los poderosos movimientos evangélicos de Brasil se movilizaran intensamente para favorecer la elección del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

"Para mí estaba muy claro lo que estaba pasando y que un proyecto conservador, apoyado por los evangélicos y su discurso seductor, muy pronto llegaría al poder", explica a la AFP Mascaro.

En 2027, la fiesta más importante de Brasil ya no es el Carnaval sino la celebración del Amor Supremo. La familia está por encima de todo y Joana (Dira Paes), una funcionaria, se desvive por su trabajo que consiste en salvar a matrimonios en crisis.

Terapias en grupo, discursos persuasivos, sexo con terceros... Todo vale para mantener la unión de las parejas. La suya va lógicamente sobre ruedas, pero ¿qué pasa cuando Dios no la recompensa con el hijo que tanto anhela?

- "Dios por encima de todos" -

En competición en la sección paralela Panorama de la Berlinale, "Divino amor" trata con tintes de humor la "peligrosa" senda que según Mascaro tomó el gigante sudamericano.

"Más allá de la distopía, intento pensar en el futuro, conectándolo con la agenda conservadora, nacionalista y populista que se está dando en el mundo", afirma.

En su país, esta "se materializó con la elección de Bolsonaro y su lema 'Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos'. La religión y el Estado van de la mano en un proyecto de poder muy explícito", destaca el director, que se declara ateo.

A modo de ejemplo, el presidente ultraderechista designó a la pastora evangélica Damares Alves como ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos.

Pese a tratarse de un fenómeno relativamente reciente en Brasil, el país con el mayor número de católicos del mundo, los evangélicos representan casi un tercio de la población.

"Es una religión muy viva, va ocupando todos los espacios públicos, ya no se limita a los templos", afirma Mascaro. "Lo curioso es que empezó hace 20-30 años en la periferia y nadie, ni los artistas ni los políticos, lo percibieron".

- El papel de la izquierda -

Mascaro cree además que fueron los anteriores gobiernos de izquierda quienes empezaron a "normalizar la participación religiosa en el Estado, aliándose con una Iglesia más progresista". "Y ahora, cuando cambia la ideología, es otra facción de la Iglesia más conservadora la que interviene".

En su filme, filmado casi enteramente bajo una luz artificial con un ambiente futurista, el cineasta muestra los "drive thru", unos espacios que ya existen en Brasil donde los creyentes llegan con sus autos para confesarse desde la ventanilla con su pastor.

"Observo los elementos de la vida real y fantaseo un poco más", afirma Mascaro sobre su tercer largometraje.

Pero pocas cosas resultan del todo increíbles en "Divino amor", ni siquiera los arcos de seguridad que atraviesan los funcionarios al entrar y salir de la oficina y que detectan su estado civil o si las mujeres están embarazadas.

"Ya existe tecnología para todo esto", defiende este cineasta.

"Divino amor" es una de las cinco películas brasileñas que figuran en la sección Panorama de la Berlinale, que se celebra hasta el sábado.

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