El diario plural del Zulia

Un sobreviviente del «realismo mágico»

Carmelo Niño, pintor y escultor marabino, incita a entrar en su maravilloso mundo de drama, humor, misterio y fantasía. Arlequines protagoniza su arte visual

Pinceladas marcadas en colores pasteles y contrastadas con finas líneas dan vida en el lienzo a arlequines sin emoción definida en el rostro. La fuerza del trabajo de Carmelo Niño y el genuino don artístico que corre por sus venas invitan a formar parte de su maravilloso mundo de drama, humor, misterio y fantasía.

Una tenue luz ilumina el rostro de este artista zuliano. Mientras permanece sentado, apoya sus codos en el escritorio de la Sala Audiovisual del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (Camlb). Tras de un profundo suspiro, sonríe tímidamente y comparte anécdotas de su trayectoria artística, la que considera «consecuencia de una evolución liderada por un hilo conductor».

Su infancia. Por ahí comienza, con los sucesos brincándole en los ojos: la libertad, el encanto de los años… una infancia feliz, pues creció en un ambiente estimulante y artístico. Una hoja y un papel fueron sus juguetes favoritos desde los dos años.

«Mi papá, quien era músico de profesión, dibujaba para que lo viera. Después, empecé a dibujar por mi cuenta. Siempre hice dibujos serios, nunca lo hice como los niños», enfatiza el pintor y escultor, formado en la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón.

 

La herencia como musa

Parece que el tiempo y el espacio causaran una regresión en Niño. Mientras habla, se traslada a aquel momento cuando humeaba entre preciados objetos de sus ancestros. Algunos recuerdos de la compañía circense que pertenecía a su familia estaban cuidadosamente guardados en una solitaria habitación de su hogar. Allí nace su obsesiva y encantadora fascinación por los arlequines.

Personajes en escenas teatrescas se convierten en una nueva motivación en la entrada de su adolescencia. A través su arte, recrea la serie Arlequines que considera su mundo dentro de la pintura y su arte que con el tiempo, según su juicio, ha evolucionado gradualmente, pasando por el carboncillo, la tinta china, el óleo y la escultura.

 

Su vida, un libro

Marzo 2017 es el tiempo en que se publicará, en Miami y en Caracas, la biografía de Carmelo Niño, escrita por Bélgica Rodríguez, crítica, investigadora de arte y doctora en Historia del Arte de la Universidad La Sorbona, París

 

«Los arlequines son una imagen que para mí significa mucho, son parte del mundo que manejó mi familia. Hace muchos años, antes de yo nacer, ellos manejaban todos esos elementos».

Muchos de esos recuerdos que formaron parte de su familia, se asoman a la escena de sus lienzos y la dominan. Su trabajo requiere toda la atención de quien tiene la oportunidad de echar un vistazo a sus obras de arte. Figuran personajes que parecen no existir en el mundo real, pero sí en el de Niño, con su «personal realismo mágico», como él lo califica.

Sugiriendo que cualquier tiempo pasado no fue mejor que al que vive hoy día, advierte que su férula maestra es flexible con visible naturalismo, marcado por «una irrealidad que es su verdadera realidad».
«Es una serie que abarca muchas pinturas y ahora las convertí en esculturas. Es bastante nutrida y muy larga. Para realizar este trabajo tuve que reflexionar sobre las motivaciones para abordar esa que ha sido mi mundo dentro de la pintura».

Niño recalca que la esencia dominante que integra su muestra sigue siendo el entorno natural y el ser humano, una pieza imprescindible que adorna sutilmente el carácter lírico de su trabajo. Pero lo cierto es que, ante todo, se trata de una autoexploración personal, un viaje íntimo en el que se conjugan experiencias, sentimientos e ideas con una forma particular de comprender el arte de crear e innovar.
«Sin proponérmelo, esos elementos comenzaron a nutrir mi obra y quedaron como unos elementos obsesivos en mi trabajo. Con un carácter lírico que encaja en mi concepto y mi discurso. Mis obras siempre han girado en torno al hombre y su entorno. El hombre para mí es el símbolo más importante».

El pintor zuliano alude que siempre siguió el instinto de su pasión y su talento, «bajo los lineamientos del dibujo». Hizo un trabajo inspirado en grandes clásicos de la escultura, tomando a -Jesús- Soto, a sus hijos y a esposa como musas inspiradoras.

 

Talento criollo

Carmelo Niño nació el 30 de Agosto de 1951 en Maracaibo. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón. Ha expuesto en Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, Uruguay, México, Estados Unidos, España, Francia, Monaco, Italia, Portugal, Checoslovaquia, Polonia, Hungría, China y Japón. Sus obras han participado en Subastas Sotheby’s, en Nueva York.

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La presente entrevista pertenece a la decimoprimera edición de la revista cultural Tinta Libre, publicada el 25 de noviembre de 2016.

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