El diario plural del Zulia

Un espacio para todos

Hoy se derraman, en estas páginas, ríos de colores dibujando en su trayecto “gritos y susurros” provenientes desde el alma, inflados por cada uno de los espíritus que se lanzaron con sus plumas a crear y a compartir sus ingenios, libres de vergüenzas o temores.

Los espacios de Versión Final muestran a diario infinidad de expresiones para ser valoradas por nuestros seguidores. Propuestas grabadas a tinta.

Y es que el papel no solo nos ha servido como transporte de contenidos de interés cotidiano; sino también como un compendio, un libro de acceso fácil, manipulable por las manos de cualquier usuario de medios, de un lector experimentado o simplemente de un principiante de las profundidades del conocimiento; pero todos, sin dudas, poderosos y cómplices intrusos llenos de la misma energía creadora de aquellos a los que leen.

Tuvimos que darle un nombre, “presentarla a la sociedad”, considerando que será ella misma la que se construirá en cada edición al mostrar, desde un gran visor, todo el espectro cultural.

La imaginación, los sueños, las fantasías convertidas en realidades concretas de aquellos atrevidos y valientes que, sabemos, participarán y desearán poner en tela de juicio sus creaciones tendrán su punto de encuentro en Tinta Libre, un espacio sin nombres y apellidos preestablecidos, un lugar para todos.

Sabemos que cada día intentamos darle a nuestras vidas cierto sabor, buscando opacar la rutina al encender fuegos artificiales ficticios que nos despierten nuevas ideas, estrategias o soluciones. Andamos por la vida moviéndonos en búsqueda de gotas o chorros de felicidad y lo hacemos conscientes o sin querer estarlo. Pero es, en ese instante, cuando valoramos más la existencia. Tinta Libre se prepara para ayudar a lograrlo, cargando con pícara ansiedad, a aquellos llamados voluntariamente a presentarnos sus “serias locuras” para compartirlas, evaluarlas y darles el lugar que se merecen dentro de nuestro encarte.

A partir de este instante se abre la compuerta para todos los que deseen transformar una historia de incontrolable creatividad enclaustrada –mayormente silente dentro de las paredes de una habitación o encerrada en los límites de la piel de cada quien– en una oportunidad individual o colectiva, sencillamente aprovechable, para ser vista y disfrutada por miles.

 

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