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Los cien años de BMW aparcan en el museo del automóvil de Bruselas

El museo del automóvil de Bruselas, Autoworld, reúne estos días una singular colección de autos alemanes para celebrar el centenario de BMW en la que puede contemplarse, entre otras rarezas, un bólido de competición decorado por el artista australiano Ken Done y valorado en 5 millones de euros.

Se trata de uno de los 17 Art Cars de la marca, una serie que impulsó en 1975 el piloto francés y coleccionista Hervé Poulain y que se concibió como la colección más exclusiva del mundo, al encargar a artistas contemporáneos la decoración de un único BMW.

El primero en alquilar su talento al constructor alemán fue Alexander Calder, el último Jeff Koons y entremedias lo hicieron Roy Lichtenstein, Andy Warhol o César Manrique. En Bruselas se expone ahora un BMW M3 revisitado en 1989 por el citado ilustrador australiano.

"He pintado loros y peces loro. Los dos son hermosos y pueden moverse a velocidades fantásticas", explicó Done al terminar su colorida obra de arte, quizá la más llamativa de una muestra abierta hasta el próximo 8 de enero y en la que se exhiben 95 vehículos, entre coches y motos.

Algunas de las piezas expuestas en el imponente recinto, ubicado en el Parque del Cincuentenario, provienen del museo del fabricante en Múnich, otras de concesionarios, clubes de conductores o colecciones privadas.

El paseo por la historia de la marca -parco en explicaciones para el visitante más allá del tipo de motor de cada espécimen- sirve para que los aficionados al motor se deleiten admirando modelos como el Isetta de los años cincuenta, un microcoche con puerta frontal y un motor de 697 CC, o con el deportivo M1 fabricado entre 1979 y 1981 y fruto de un proyecto de colaboración con Lamborghini.

También puede contemplarse un BMW 507 de los años cincuenta poco común, del estilo del que conducía Elvis Presley, o el 315, que antes de la Segunda Guerra Mundial tenía ya un motor de seis cilindros y alcanzaba los 120 kilómetros por hora.

Pero donde más luce la muestra es en los bólidos de carreras con modelos que han participado en las 24 horas de Le Mans o en Fórmula 1, como el ejemplar expuesto que condujo Ralph Schumacher en la temporada 2000.

Todo ello desde que nació la compañía el 7 de marzo de 1916, de la fusión de las fábricas de Gustav Otto y Karl Friedrich Rapp, que colocaron al frente de la ingeniería de los motores al talentoso Max Friz. Él fue quien diseñó un exitoso motor de avión muy apreciado por el Ejército alemán con el que despegó la empresa.

La hélice del logotipo, que comenzó a utilizarse en 1917, cuando la compañía pasa a llamarse Bayerische Motoren Werke (BMW), recuerda ese breve período al que puso fin el Tratado de Versalles al término de la Primera Guerra Mundial.

El acuerdo prohibía a la derrotada Alemania fabricar motores para aviones, así que el constructor buscó otras salidas comerciales. Primero con maquinaria agrícola y después en el mercado de las dos ruedas. Así, el primer BMW no fue un coche sino una moto, detalle que no ha dejado escapar la historia del cine.

La gran pantalla inmortalizó algunas de las motos más célebres de la firma de Múnich, como la BMW R71 con sidecar en la que Harrison Ford llevaba a Sean Connery en "Indiana Jones y la última cruzada", o la BMW R1200C con la que derrapaba Pierce Brosnan en la piel de James Bond en "El mañana nunca muere".

A ellas se suma la BMW R80 en la que Michael Douglas paseaba a Kathleen Turner en "La joya del Nilo" y coches filmados en la saga "Misión imposible" de Tom Cruise, en las persecuciones de Robert De Niro en "Ronin" o los paseos nocturnos de Bruce Willis en la serie "Luz de Luna".

No es del fabricante alemán el Delorian de "Regreso al futuro", que muchos consideran el coche más famoso de la historia del cine, pero en la segunda entrega de esa película aparece un BMW 633 CSi tuneado que conduce Griff Tannen, nieto de Biff Tannen y antagonista de George McFly, el mítico personaje que interpretó Michael J. Fox.

Pero como guiño al porvenir, mejor quedarse con un prototipo por el centenario de la marca que también comparece en Bruselas: el BMW Vision Next 100 diseñado sin volante. Se conducirá de forma completamente autónoma y se espera que llegue al mercado en unos 25 años.

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