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La UE desarrolla su primer supercomputadora exaFLOP como parte de la búsqueda de independencia tecnológica

El procesador basado en ARM cuenta con una serie de CPUs Neoverse V1 y un diseño compatible universalmente. Al utilizar procesadores internos como Rhea, la UE busca reducir su dependencia de proveedores de tecnología externos y establecerse como un actor autosuficiente

La Unión Europea está dando grandes pasos en su búsqueda de independencia tecnológica con el desarrollo de su primera supercomputadora exaFLOP. Conocido como Jupiter, este proyecto innovador tiene un presupuesto de 273 millones de euros y es gestionado por la Empresa Conjunta de Computación de Alto Rendimiento de Europa en colaboración con las empresas tecnológicas Eviden y ParTec.

Un aspecto destacado de la supercomputadora Jupiter es su adopción de la arquitectura ARM, que ha sido relativamente escasa en la industria. El procesador Rhea de SiPearl, desarrollado con financiamiento y experiencia de la UE, impulsará la supercomputadora exaFLOP. Construido específicamente para este proyecto, el procesador basado en ARM cuenta con una serie de CPUs Neoverse V1 y un diseño compatible universalmente para fomentar una mayor adopción.

Si bien aún no se han revelado números específicos sobre el rendimiento, las CPUs Neoverse N1 son conocidas por sus capacidades de computación de alto nivel, lo que convierte a Jupiter en una máquina formidable. Además, la supercomputadora contará con las GPU de inteligencia artificial H100 de NVIDIA, reconocidas por su excelente capacidad de cálculo.

El desarrollo de la supercomputadora Jupiter es una clara indicación de la dedicación de la UE para lograr una "independencia tecnológica" completa. Al utilizar procesadores internos como Rhea, la UE busca reducir su dependencia de proveedores de tecnología externos y establecerse como un actor autosuficiente en la industria tecnológica global. En línea con este objetivo, la UE también está trabajando en una segunda supercomputadora en Francia que estará operativa para 2025.

A medida que la supercomputadora Jupiter y futuras supercomputadoras europeas se posicionen en los rankings Top500, su rendimiento será una medida importante de sus capacidades. Estos avances subrayan el compromiso de la UE con el crecimiento tecnológico y la autosuficiencia.

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