El diario plural del Zulia

Sepultan a los tres zulianos caídos con Oscar Pérez

Desde las 11:00 de la mañana estaban esperando los familiares frente a la Base Aérea, siete horas después los enterraron en Jardínes La Chinita

A las 11:00 a.m. comenzó el calvario. De la entrada de la Base Aérea Rafael Urdaneta (BARU) hasta la de Apoyo Aéreo de la GNB, a unos metros del aeropuerto La Chinita, danzaban los familiares de Daniel Soto, y los hermanos Abraham y Jairo Lugo Ramos, los tres zulianos que cayeron en el campo de batalla junto al exdetective del Cicpc, Oscar Pérez. Bajo el sol el traslado era perverso y la información imprecisa.

Tres horas y media más tarde un militar dio un poco de sosiego a los dolientes: “Ya llegaron los cuerpos”, fue lo único que dijo a través de la reja de Apoyo Aéreo y se retiró. Los restos viajaron desde Maiquetía hasta Maracaibo vía aérea. Un par de minutos después pasaron tres carrozas fúnebres por la entrada del ente militar. El teléfono de la prima de “Danielito” repicó como a las 5:25 de la tarde, en medio del contacto ella hizo un gesto con la cabeza a otro familiar y todos corrieron a sus vehículos. Fueron hasta la entrada donde pernoctaron desde la mañana.

En cuestión de segundos se escuchó el rugido. Doce motocicletas cilindradas, con dos efectivos castrenses sobre cada una, tres carros y dos camionetas con emblemas de la GNB, salieron escoltando los cadáveres, que estaban en el morgue de Bello Monte, en Caracas, desde el 15 de enero, cuando uniformados de cuatro componentes de seguridad los bombardearon y les dispararon dentro de una casa en el sector Araguaney, El Junquito, en medio de un presunto enfrentamiento. Lo llamaron operación Gadeón.

Entrada restringida

El viaje hasta el cementerio La Chinita se realizó con discreción. Por las ventanillas de los carros asomaron pancartas y banderas. La entrada al camposanto fue limitada, el cordón de seguridad tenía tres las de castrenses de espesor. Algunos amigos lograron colarse, pero un par de metros delante había un otro filtro. Veinte militares bloquearon el acceso.

Danny, vestido con una camisa blanca que vislumbraba una caricatura de Daniel vestido de superhéroe y volando por el cielo con una capa tricolor, y un familiar de los Lugo Ramos encamisado de gris plomo, minuciosamente señalaron parientes directos. Papás, mamás, hermanos y alguno que otro primo o tío pasaron el segundo obstáculo. Los demás vieron pasar los féretros a unos dos metros de distancia. Cuando ubicaron las tres urnas en el mismo lugar, y lanzaron el primer puñado de arena, el silenció era abismal. Una voz masculina gritó: “¡Vuela alto héroe!”, y las notas del himno nacional comenzaron a entonarse, matizadas con gritos y llantos. El acto terminó pasadas las 6:00 la tarde, con una advertencia: “Prepárense porque ahora lo que viene es guerra”, dijeron dolientes a los guardias.

Dolor en la distancia

En una ceremonia similar, protagonizada por los piquetes de la GNB como escoltas y el tricolor de la bandera despidieron a José Díaz y Abraham Agostini, ambos caídos en lo operación que ordenó el gobierno para exterminar una “Célula Terrorista”. En la distancia compartían el mismo dolor. El sepelio también lo realizaron ayer, pero en la mañana en el Cementerio del Este de Caracas. Familiares denunciaron que exhumaron los restos dos horas antes sin su presencia.

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