El diario plural del Zulia

“‘Rafa’ era un niño consentido”

La vida de Luis se resumía en órdenes, consentimiento y ambición. El estudiante de Contaduría Pública y trabajador en una panadería siempre fue mujeriego.

Un choque de opiniones existe en cuanto al homicidio de Olga Lucía Pineda Sánchez, abogada, de 28 años, premeditado por “Rafa”, con el fin de quedarse con la casa que construyó la joven pareja para su familia y la patria potestad de sus hijas de 3 y 2 años.

En la tercera etapa de la urbanización La Victoria, específicamente en la avenida 83, entre calle 67 y 68, se ubica la residencia que despertó toda la ira del hombre. El abandono pesa sobre ella, a finales de diciembre un grupo hamponil ingresó a la misma y perpetró un robo, según los investigadores del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) orquestado por Luis Rafael para ahuyentar a la mujer y él tomar posesión de la residencia. 

Vecinos de los Pineda Sánchez afirman que Luis actuó con total frialdad, típico, a su parecer, de una persona desequilibrada y sin un ápice de sentimiento por la humanidad. 

“Él vino el día del crimen, todos pensamos que realmente lamentaba lo ocurrido con Olga; de esa muchacha no se puede hablar negativamente porque toda su familia es de bien. Gente honesta y trabajadora”, relató un allegado a los Pineda.

Aseguraron ver a la familia Gutiérrez el día del sepelio de Olga actuando con naturalidad, pero sin acercarse a los Pineda, lo que les genera indignación.

“Consolar a la señora Ana (mamá de Olga) era lamentable, fue como abrazar una tabla perfumada. El nieto del señor Antonio, de 9 años, salió despavorido de la casa y pidió auxilio, mi esposo los ayudó y solo escuchábamos que repetía cíclicamente todo lo ocurrido, un trauma bastante profundo para una criatura”, agregó la vecina.

Un allegado al autor intelectual de tan dantesco crimen, relató que a Luis lo catalogaban como un “vago” y “vividor”.

Luis le pedía continuamente a su madre que abandonara los quehaceres domésticos solo para que apagara la luz de su cuarto, mientras descansaba.

“Él siempre fue agresivo, cuando peleaba con su exnovia todo el mundo se enteraba. Nunca se oyó decir que él podía evitar disputas con Olga y su familia culpaba a la familia de ella”, agregó el informante.

Los Gutiérrez le aconsejaban que dejara de ser mujeriego y se lo repetían a su actual pareja, pero ella no lo aceptaba. “Luis no era un monstruo, pero para él nunca llegó un consejo o un te amo, todo lo resolvían con cosas materiales”, culminó.

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