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¿Qué se sabe del asesinato de la periodista Kalinina Ortega?

Hasta este 19 de marzo aún no se conoce si la Fiscalía ha imputado a alguien o tiene sospechosos por el asesinato de la periodista, quien en la década de los 60, 70 y 80 escribió para la fuente de Educación de El Nacional

El 21 de septiembre de 2016 fue el último día que vieron con vida a la periodista Kalinina Ortega, una destacada profesora universitaria, activista social y una intelectual que aún recuerdan sus compañeros y familiares.

Tras seis años de constante búsqueda,sus restos fueron encontrados el domingo 27 de febrero. Ortega fue enterrada bajo una mata de mango, en el patio trasero de la vivienda donde habitaba en la urbanización San Bernardino, al norte de Caracas.

Su hermano, Igor Ortega, dijo a Efecto Cocuyo que fue gracias a un perro de un señor que cuida la casa donde vivía Kalinina, que pudieron dar con los restos de la periodista de 76 años de edad. “Gracias a un perrito fue que se dieron cuenta, porque empezó a cavar; llamaron a la doctora Ninoska Silva (abogada de la familia) y a Efraín, (cuidador de la casa), que se quedó allí y llegó Homicidios (Cicpc)”, cuenta el familiar de la víctima.

Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas determinaron que la reportera fue asesinada de un fuerte golpe en la cabeza. Para dar con este resultado realizaron un estudio de antropología forense.

La causa de muerte fue un traumatismo craneoencefálico.

Ninoska Silva, abogada de la familia de Ortega, señaló que el propio 21 de septiembre de 2016 fue asesinada la destacada periodista. Su desaparición fue notificada después de un mes, por una mujer de nombre Gexsy Dávila, quien decía ser abogada y amiga de Kalinina.

Dávila, haciéndose pasar por profesional del Derecho, conservó la cédula de identidad de la reportera y las llaves del hogar hasta el día que encontraron los restos de la periodista.

La investigación

Son pocos los detalles que los familiares de Ortega conocen de la investigación del lamentable asesinato. Las averiguaciones están siendo llevadas por la División contra Homicidios del Cicpc y por el fiscal noveno nacional, Regino Cova, designado por Tarek William Saab.

Hasta este 19 de marzo aún no se conoce si la Fiscalía ha imputado a alguien o tiene sospechosos por el asesinato de Ortega, quien en la década de los 60, 70 y 80 escribió para la fuente de Educación de El Nacional.

“El Cicpc no nos ha dicho nada sobre eso (avances de la investigación), ya yo la enterré el pasado miércoles 16 de marzo, y no nos han llamado más. No sé si van a hacer otro barrido en la casa, hasta allí más nada, tampoco hemos ido después del entierro a homicidios, que es el que tiene el caso”, señaló Igor Ortega.

Ortega pidió a las autoridades que investiguen el caso y que se haga justicia. “La información que tenemos de homicidio es que el caso está bien encaminado, pero hasta allí es lo que sabemos”, dice.

En entrevista con Efecto Cocuyo, la abogada Ninoska Silva señaló que hasta el momento el departamento de homicidios del Cicpc espera respuestas de las investigaciones que se practicaron para determinar responsabilidades de personas en el asesinato.

“No hay sospechosos específicos, por los momentos hay cosas que todavía se manejan con discreción porque aún no se tienen elementos suficientes de prueba para que en futuro la investigación no se caiga por falta de pruebas”, dijo la abogada.

Silva explica que por el momento se presume que cualquier persona pudo haber sido el asesino y que el motivo fue fútil. Se cree que el o los asesinos tenían superioridad de fuerza y tamaño.

La abogada señala que el día que encontraron los restos de Kalinina la policía se dio cuenta de que había una pequeña habitación con un candado. Los funcionarios le pidieron a Randy Dávila, que procediera a abrirlo pero este se negó porque supuestamente no tenía la llave. El funcionario presionó para que este abriera la puerta y dentro del lugar encontraron un pico.

“El lugar tenía tiempo sin ser abierto, había telarañas y polvo. Los funcionarios se llevaron el pico para estudiarlo”, dijo Silva.

La periodista Luisana Colomine Rincones, en su blog señala que quien vio por última vez a la víctima fue su hermana Karelia Ortega, el 20 de septiembre de 2016.

“Ese día la periodista fue a casa de su hermana y aprovechó para bañarse pues en San Bernardino no había agua. Kalinina se cambió de ropa y usó la de un sobrino pues era lo que le servía ya que ella era de baja estatura y complexión menuda. Se puso un pantalón tipo mono de color oscuro, quizás negro o azul marino, y una camiseta negra sin mangas. Otro dato es que la periodista usaba zapatos especiales por una operación de juanetes en ambos pies. En la fosa no hallaron zapatos pero la ropa encontrada coincide con esta descripción. Además la denuncia del hecho la hizo Gexsy Dávila nueve días luego de suponer la ausencia. Kalinina dijo a Karelia que volvería al siguiente día pero esto no ocurrió. Karelia la llamó todos los días pero nadie atendía el teléfono”, describe Colomine Rincones.

Problemas en la vivienda

Desde el año 2017, un hombre llamado Randy Dávila, quien es hermano de Gexsy Dávila vive en la casa que la periodista Kalinina habitó por más de 40 años.

La casa legalmente siempre le perteneció a Kalinina pero una hermana de la víctima llevó a estas personas a habitar un espacio del hogar para que hicieran las reparaciones de una filtración y desde entonces no ha salido.

“El hermano de Gexsy vive todavía allí, él se llama Randy. A ellos lo han citado a declarar (El Cicpc), nosotros hemos declarado dos veces”, dice Igor Ortega en un contacto telefónico.

Tras los reportes de la desaparición de Kalinina, sus familiares les han pedido a Randy Dávila que desocupe la vivienda, pero ellos han sido “duros” y han tenido discusiones con quien habita la vivienda de la periodista.

“Ellos fueron muy duros con kalinina, muchos improperios y adjetivos (…) Nosotros nos enteramos de la desaparición por Gexsy que llamó el 12 de octubre”, explica Igor.

La última información que recibió Igor es que el señor Randy Dávila tiene días sin ir a la casa de Kalinina, aunque no hay acusados por el caso los familiares exigen justicia.

“Era una mujer muy inteligente, clara, era cálida. Esto no lo entiendo, yo no sé por qué pasó (asesinato) porque ella no tenía bienes de fortuna, últimamente estaba corrigiendo libros, no sé si era por quedarse con la casa, pero no entiendo”, dijo el hermano de la periodista asesinada.

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