El diario plural del Zulia

Murió tras ser arrollado por el bus donde iba de "banderita"

En horas pico, ni los usuarios ni los choferes del transporte público miden consecuencias y se arreguindan de autobuses y vanes para llegar rápido a sus destinos. Las autoridades no toman las medidas correctivas necesarias

Los carros pasan y quedan estupefactos con la corriente de sangre que David de Jesús Piña Porras dejó en el pavimento de la avenida La Limpia al caer de un bus donde iba de "banderita". Por si fuera poco, el indolente chofer siguió su camino y terminó de acabar con su vida pasándole por encima.

Cerca de las 2:00 de la tarde, el señor de 53 años, iba a bordo de la unidad rumbo a La Curva de Molina guindando de la puerta delantera junto a otras dos personas. Según el reporte de los Bomberos de Maracaibo, el autobús frenó de golpe y los pasajeros cayeron a la carretera.

Los otros dos ciudadanos fueron trasladados por el cuerpo bomberil a un centro médico cercano para ser atendidos.

El único que murió fue Piña Porras, residente de una urbanización en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante. El sujeto estuvo sin vida en el suelo de la concurrida arteria vial, en la esquina de la panadería La Nueva Gaceta, diagonal a Tostadas El Reloj, cerca de una hora.

El conductor y el colector se percataron de la situación pero decidieron seguir su camino. La actitud apática de los hombres enardeció a los ocupantes del bus e hicieron que frenaran, a pocos metros, porque querían lincharlo. Desde fuera, los transeúntes que vieron los hechos lanzaron piedras contra la unidad y rompieron algunas ventanas para que el chofer respondiera por lo sucedido.

"Son muy irresponsables. Ven que el bus está lleno y siguen metiendo gente. Ya han muerto muchas personas de esta forma", dijo Fernanda Velez, testigo del suceso.

Una comisión de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) llegó al lugar, decomisó el vehículo y apresó al transportista. El hombre fue trasladado al Comando de Tránsito y el autobús se lo llevó un a grúa al estacionamiento Las Mercerdes.

La sangre del occiso ya corría del otro lado de la carretera y su piel seguía quemándose con lo caliente del pavimento. Dos funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegaron a las 3:15 de la tarde para llevar el cuerpo a la morgue de LUZ.

En horas pico, ni los usuarios ni los choferes del transporte público en Maracaibo miden consecuencias y se arreguindan de autobuses y vanes para llegar rápido a sus destinos. Se les ve colgando del techo, de las ventanas, de banderita en las puertas, uno sobre el otro. En ese afán se olvidan de la imprudencia que cometen.

Los pasajeros culpan a los transportistas del exceso de tripulantes. Los conductores se defienden y comparten la responsabilidad con sus clientes. Las autoridades no toman medidas.

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