Matan a primos en La Concepción
Yoleida Montilla jamás imaginó que el sábado sería la última vez que vería con vida a su hijo y sobrino.
Los muchachos se embarcaron en una motocicleta con rumbo a La Paz, en el municipio Jesús Enrique Lossada, a las 6:30 p. m., y luego aparecieron con múltiples balazos en el sector Jardines del Lago de La Concepción, la mañana de ayer. Eran primos hermanos.
Keivi Romero Montiel y José Gregorio Romero Montilla, ambos de 19 años, salieron del barrio Torito Fernández, de visitar a Yoleida (madre de José Gregorio) con destino a sus residencias, luego llamaron a la mujer para decirles que el vehículo presentó una avería.
“José Gregorio me llamó para decirme que la moto tenía un problema, pero que ya los estaban ayudando a solventar la falla y se irían a la casa a descansar”, contó la mujer.
Al parecer los jóvenes, según contaron otros parientes llamaron a un hombre apodado “El Mocho” y este sería el último que los vería con vida.
“Ese tal ‘Mocho’ nos tiene que dar respuesta de lo sucedido con mi hijo y sobrino. Porque supuestamente unos encapuchados los encañonaron y lo dejaron ir a él y mataron a los muchachos. Esa historia no nos cuadra”, reveló la mujer.
Con mucho temor manifestaron que lamentablemente en el Municipio operan muchas bandas dedicadas al robo y quizás por eso asesinaron a los primos.
“Tenían tiros en las piernas, estaban mojados por la lluvia que cayó en la madrugada y llenos de barro. A mi hijo (José Gregorio) lo golpearon porque tenía hematomas en la cara”, informó la progenitora de una de las víctimas.
El luto no cesa para Yoleida, hace cuatro meses asesinaron a otro de sus hijos mientras ingería bebidas alcohólicas en La Paz.
“La delincuencia deja familias sumidas en un profundo dolor. Matan a los jóvenes del país y nadie hace nada. Esto no es posible”, recalcó Montilla.
Keivi llamó a su madre para que le guardara cena, pero nunca llegó.
La familia le pide a los sabuesos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que den con el paradero de “El Mocho”.
Ambos estaban sin sus pertenencias. No les conocían enemistades, afirmaron allegados.
