El diario plural del Zulia

Matan a un abuelo y hieren de cuatro tiros a su nietecita

Un trabajador de Pequiven fue la nueva víctima de la guerra que existe en el municipio Santa Rita, entre las bandas de “El Puchungo” y “Pepito”. En diciembre pasado inició la matanza, donde Erick Chourio, hermano de “Pepito”, ex “pram” de Sabaneta, fue asesinado, desde entonces los sicariatos no han mermado. Esto trajo como consecuencia el cierre del Hipódromo de Santa Rita en marzo de este año.

Damián José Sánchez, de 59 años, trabajador de la corporación petroquímica Pequiven, fue víctima de dos sujetos a bordo de una moto que lo interceptaron, la mañana de ayer en el sector Barrancas I de Santa Rita, y le propinaron siete balazos dejándolo muerto en el acto. En el hecho, su nieta Susej Morán, de 10 años, recibió cuatro disparos en brazos, piernas y uno rasante en el pecho.

El martes fue ajusticiado en El Mecocal, municipio Miranda, Juan Carlos Cepeda, de 46 años, tío paterno de “El Puchungo”. Esto habría enardecido al delincuente y ordenó la muerte de Sánchez, pariente de “Pepito”.

La información fue corroborada por fuentes del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Cabimas quienes llegaron a la escena del crimen y manejan el hecho como una venganza.

Se conoció, según fuentes del Cicpc, que Sánchez era suegro de un sujeto apodado “Romi”, presuntamente enemigo de ‘El Puchungo’”.

“Por la muerte de Juan Carlos Cepeda, tío paterno de ‘El Puchungo’, aparentemente se desató una nueva guerra entre bandas de la Costa Oriental del Lago”, afirmó la fuente detectivesca. Trascendió que Sánchez residía en el sector El Rocío y deja tres hijos, solo le faltaban unos meses para jubilarse de Pequiven.

Estable

Sobre el estado de salud de la pequeña Susej, se conoció que es estable y siempre estuvo consciente. En una clínica de la capital zuliana se encontraban los parientes de ambas víctimas. Los progenitores de la menor entraban y salían de la emergencia pediátrica. Esperaban la presencia de un traumatólogo para intervenirla quirúrgicamente. “Ella no ha parado de llorar y preguntar por su abuelo”, decía su madre de nombre Desiree.

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