El diario plural del Zulia

Las dos caras de El Marite: El Búnker vs. Pabellón A

Una “guerra” de acusaciones y señalamientos, que inició la primera semana de este 2016 en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas El Marite, de Maracaibo, entre las internas y exfuncionarios presos del Pabellón A, y los reos del área de El Bunker, mantiene en vilo a la población zuliana.

Desde una masacre que dejaría un enfrentamiento a tiros tras la toma de control a la fuerza del “A”, pasando por amenazas de violaciones a mujeres, y hasta el pago de Bs. 5.000.000 para sobornar al director del retén, han surgido de boca de los reclusos.

El miércoles 6 de enero un grupo de privados de libertad denunció a través de una llamada telefónica a Versión Final que en el lugar, desde el 2013 ocupa el puesto de la extinta Cárcel de Sabaneta, los reos de El Búnker tomarían el Pabellón A, donde están recluidos mujeres, exfuncionarios militares y policiales.

Sin embargo, el director del retén, Wilber Durán, negó tal situación y aclaró que lo ocurrido ese día de Reyes la Gobernación del Zulia y la Secretaría de Seguridad y Orden Público, luego de dos años dieron acceso a los hijos de los procesados.

Aparente normalidad
Todo aparentaba estar normal en “El Marite”, pero según un escrito enviado vía correo electrónico por las reclusas del Pabellón A a este rotativo, el caos y la tragedia amenaza con apoderarse del centro de arrestos.

A continuación reproducimos el texto:

“Hacemos un llamado a las autoridades y la opinión pública para que conozcan el peligro que enfrentamos desde el lunes 11 de enero, cuando el líder de El Búnker amenazó con tomar a la fuerza nuestra área.

Escudado en el hacinamiento que existe en el patio que comanda, ‘El Diober’, de forma arbitraria, ha decidido que el 70% de los privados que hacen vida en El Búnker deben mudarse al Pabellón A y enviar a los que aquí vivimos a las demás áreas.

De 550 internos que aquí vivimos, 300 somos mujeres, 150 policías y 100 civiles. ‘El Diober’ quiere cambiar a las féminas hasta su área y que convivamos con el 30% de hombres que queden ahí, quienes son arrestados por violación.

De igual forma, pretende ligar a los policías en las demás áreas, donde podrían ser objeto de maltratos debido a su profesión que ejercieron antes de entrar a este lugar. A él no le importa dónde estemos nosotros, si corremos peligro, si nos hacen daño, siempre y cuando él pueda mudar, mínimo a 400, de sus 600 presos hasta el ‘A’.

Lo único que ha contenido a Diober de ejercer acciones violentas es el rechazo de los líderes de los patios ‘B’ y ‘C”.

Autorizados por la Ministra
Por vez primera desde que ocurrió la denuncia de la “toma del Pabellón A”, los presos de El Búnker ofrecieron su versión de los hechos, esta vez por medio de mensajes de Whatsapp, e incluso enviaron fotografías del interior del retén para confirmar su versión.

“Los internos de El Búnker con la autorización de la ministra Iris Varela llegaron a un acuerdo de poner a producir el área desértica situada entre El Búnker y el ‘A’ , donde han sembrado matas de yuca, plátano, maíz, guayaba y lechosa. Allí también crearon un taller de herrería y construyeron un jagüey para criaderos de cachamas y bocachicos, es decir, se convirtió en un retén productivo para los mismos internos. También hay un campo de softball para el entretenimiento y juegos deportivos, donde participan los internos de todos los pabellones, y así evitar la ociosidad; su mantenimiento es hecho por los de El Búnker, sin inversión del Gobierno regional ni nacional, eso ha evitado la violencia entre los internos”, informaron en varios mensajes.

Asimismo, aseguraron que “los internos de El Búnker con autorización del Secretario de Gobierno y en presencia del director del retén, un representante del Pabellón B y uno del Pabellón C, llegamos al acuerdo de entregar El Búnker a las mujeres del Pabellón A; y limpiar el área de la cocina y sus adyacencias (habitada por sobrevivientes al incendio de Sabaneta en 1994) que fue abandonado y utilizado como área de desechos. Allí habitarían los 100 exfuncionarios que están recluidos en el Pabellón A”.

En un último mensaje, los presos de El Búnker denunciaron que tal acuerdo en el intercambio de áreas “es para evitar la problemática crítica que pesa en la Gobernación del Estado, ya que el Pabellón A hasta este momento ha servido de libertades, por cuanto las internas están saliendo embarazadas de los hombres que comparten con ellas la misma área, con el fin de obtener el beneficio de libertad a los seis meses de gestación, sin importar por qué delito se encuentren detenidas”.

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