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La identidad oculta del sepultado

El hombre hallado sepultado, en el sector Las Peonías de la parroquia Idelfonso Vásquez, el pasado lunes a las 7:00 de la mañana, por unos niños, se convirtió en un mito en la zona.

Las personas que se acercaron a ver de qué se trataba, ahora cuentan que “su alma quedó penando”, tras ser torturado, maniatado, estrangulado y enterrado, en un hueco de un metro de profundidad, en el centro de una enramada oculta.

La víctima sigue sin identificar. Tras ser encontrado tenía una data de muerte de tres días aproximadamente. El calor de la arena que lo cubría del sol inclemente aceleró su proceso de descomposición.

Cuatro días han transcurrido tras su hallazgo, y aún los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) no tienen indicios de quién es ni mucho menos de quién lo ejecutó.

“Se presume que sea un delincuente, porque tenía varios tatuajes violentos en su cuerpo. No es de la zona, pues residentes se acercaron a identificarlo y no lo reconocieron”, dijo una fuente del cuerpo detectivesco.

Sin embargo, los investigadores siguen sus indagaciones para determinar quién le propició la muerte a este hombre, quien podría ser uno de los últimos reportados como desaparecidos.

Por un momento se presumió que podría tratarse de un muerto más del “gobierno, es decir de la policía”, dijo un detective, quien luego analizó y dijo que sería un caso atípico porque generalmente cuando son muertos de estas entidades, “suelen matarlos a tiros y dejarlos maniatados de pies y manos, en trillas o cañadas”, explicó.

Mientras, surgen muchas hipótesis más, que dentro de poco, según los sabuesos, serán aclaradas, pues siguen avanzando en el caso.

Descubrimiento

“Mamá, mamá... por la enramada hay unos dedos que sobresalen de la arena”, dijo uno niño a una de las habitantes de la barrida que pre rió no identificarse. La madre, al ver la angustia de su hijo, que se encontraba jugando con otros compañeros en la zona, se acercó al sitio y verificó el hallazgo.

“Al darme cuenta de que era efectivamente una persona enterrada, avisé a los vecinos y estos alertaron a las autoridades”.

Los sabuesos del Cicpc llegaron al lugar a las 12:00 del mediodía. Bajaron su maletín con un kit de guantes quirúrgicos y señaladores, que no utilizaron porque en el área no encontraron restos de proyectiles.

Las manos se las forraron con látex y comenzaron a tantear el sitio, donde estaba sepultado el occiso. Con una pala prestada, los uniformados retiraron la arena rojiza con cautela, para no lastimar el cadáver. Lo sacaron del hoyo donde fue lanzado boca abajo y lo trasladaron hasta el cementerio, por su olor putrefacto. Esperan que dolientes se acerquen e identifiquen.

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