El diario plural del Zulia

La desnutrición acaba con otro niño

Descalzos, desaliñados, con poca ropa y con abdómenes pronunciados, crecen los pequeños que residen en el barrio Mario Urdaneta, en el municipio Jesús Enrique Lossada, entre carencias y una alimentación escasa.

Un menor de un año falleció, el pasado miércoles, al padecer de un 20 % de desnutrición. Júnior Joneido González Rodríguez, no logró ver más de la vida, su luz se apagó al no recibir los alimentos necesarios para su desarrollo. Así como su muerte, otras cinco más se produjeron en la barriada.

“Aquí todos dependemos del relleno sanitario. Ni el Gobernador, ni el alcalde nos prestan atención. Aquí no vivimos, sobrevivimos, el CLAP nunca ha llegado, cuando comemos lo hacemos una vez al día y es arroz solo o arepa sola”, relató Dora Urdaneta, residente del barrio.

En este sector los pequeños aparentan menos edad de la que tienen. Algunos viven hacinados. Por ejemplo; en un pequeño rancho de latas, de 3x3 metros residen cuatro niños de 6, 8, 4 y 1 año.

"Comemos lo que podemos. A veces comemos arroz o arepa, pero mi marido no tiene trabajo y eso significa que no tenemos un ingreso fijo”, aseguró.

Andrea Bosque, quien también solicitó ayuda del Gobierno para terminar de construir su residencia.

Cocinan en leña. Todos se aglomeran sobre el fogón y están al pendiente de la comida para que no se pierda. “Yo quisiera comer otras cosas, pero eso es lo que mi mami y papi consiguen”, afirmó un pequeño de 9 años llamado Jesús.

Muy similares son las vidas de los que ahí residen.

En la espera

La madre del pequeño Júnior desde temprano estaba en la morgue forense de LUZ, esperando la entrega del cadáver del menor de sus cinco hijos.

La progenitora del pequeño se percató de que su niño no respiraba porque simplemente dejó de llorar.

Al bebé lo trasladaron al Hospital José María Vargas, donde confirmaron su deceso. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), indagaron sobre el hecho y corroboraron por medio de una autopsia forense que la muerte fue producto de la mala alimentación.

“Desde que el bebé nació siempre estuvo sometido a tratamiento médico. En mayo estuvo hospitalizado por neumonía”, relató Andrés Urdaneta, miembro del Consejo Comunal del sector y quien al momento acompañaba a los padres del pequeño en la morgue.

Urdaneta aseguró también que él trabaja en casas de familia, pero lo que gana no le alcanza para alimentar a sus hijos.

Afirmó además que el relleno sanitario es una dependencia para los que viven en la zona. El relleno sanitario es su salvación, viven de él y para él.

No consiguen otra fuente de subsistencia y por eso en las mañanas buscan el pan de cada día entre la basura.

 

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