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Habla el papá de Luis y Luciana: "Mis hijos saldrán de esto, pero Adriana era la luz de la familia"

Con su rosario en el cuello y su fe intacta, el señor Luis Erick Chávez entra al Hospital Universitario de Maracaibo diariamente desde el 1 de enero. Su hijo mayor, Luis Anthony Chávez, fue dado de alta este lunes a la espera de una cirugía. "Lo que pedimos es justicia", expresó el progenitor

 

Luis Erick Chávez, padre de Luis Anthony y Luciana Chávez, recuerda con nostalgia a su nuera, Adriana Mendoza, quien falleció en el accidente en la Circunvalación 1 de Maracaibo cuando viajaba en compañía de sus dos hijos.

Chávez, como padre de familia, recibió a Adriana y la convirtió en miembro de su hogar. Con gran afecto describe a la joven como "una hija espectacular". "Ella era una luz, una estrella en la casa. Y el trato que tenía con mi hijo, sin palabras", aseguró.

"Una muchacha que estaba sola, y la recibimos en la casa. Yo no le veía defectos. Uno como padre lo que quiere es que a su hijo le llegue una mujer que lo trate bien, que lo quiera. Y el trato de ellos era tan perfecto. Nosotros siempre le pedimos al Señor porque le diera a nuestros hijos unas personas dignas de ellos y cuando yo la conocí dije Gracias Dios, es ella", expresó el suegro de Adriana.

El progenitor se conmovió al hablar sobre su nuera. Pese a tener aproximadamente seis meses de relación con su hijo, su cercanía era tal, que tenían planeado un viaje hacia el estado Falcón pautado para el 2 de enero.

"Íbamos todos juntos a visitar a la familia de mi esposa, que son de Coro. Nos íbamos a regresar el 4 y ellos iban a aprovechar de ir a El Venado, (su pueblo natal) porque ella iba a presentar a Luis como su novio allá con su familia", explicó.

Luis Erick relató a Versión Final que la partida de Adriana le hizo conocer vía telefónica a su consuegra, quien residía en Panamá desde hacía un tiempo atrás y había intentado emigrar a Estados Unidos para brindarle una vida mejor a Adriana, pero no tuvo éxito.

"Tuvimos una conversación bastante bonita, apenas ayer fue que pudimos hablar después de lo que pasó. Ella estaba viviendo en Panamá y le tocó venirse (...) Lo único que quiere es justicia", apuntó.

Luis Anthony ya está en casa

El padre de Luis y Luciana explicó que en medio de la tristeza llegó una buena noticia a su hogar: su hijo mayor fue dado de alta este lunes 8 de enero.

Según describió, el joven de 21 años sufrió una fractura en su tobillo, daños en sus dientes, rasguños profundos en su rostro, hombro y oreja, por lo que se mantiene con vendajes y cuidados para su recuperación en casa.

"Está golpeado como cualquier persona después de un accidente. Todavía tiene cortaduras en la cara y parte de la oreja casi la pierde. Gracias a Dios que los doctores le hicieron una cirugía y se la salvaron. Está rayado por todos lados", explicó.

Por el momento, la familia espera por un diagnóstico certero para una próxima intervención quirúrgica que permita que su tobillo vuelva a la normalidad. Al parecer, esta fue su fractura más grave.

Mientras el momento de entrar al pabellón llega, Luis fue recibido en casa, donde las lágrimas de su hermano menor, de ocho años, no se hicieron esperar.

"Cuando llegué con Luis Anthony a la casa él se me puso a llorar, tenía siete días sin ver a su hermano. Él vio y supo todo, vio también como quedó el carro porque en casa solo estábamos mi esposa, él y yo. Ahora está contento, pero todavía le hace falta su hermana", detalló.

"Yo llegué y encontré a tres muertos"

Luciana Chávez, quien viajaba en el asiento trasero del vehículo Nissan Sentra en la madrugada del 1 de enero, continúa en una situación delicada de salud.

Su padre, Luis Erick, afirma que fue una de las primeras personas en auxiliarlos después del accidente. Cuando llegó a la Circunvalación 1 esa madrugada del primer día del año, pensó haber encontrado a sus tres seres amados muertos.

"El carro se volcó con ellos adentro, eso era para que murieran los tres (...) Cuando llegué lo primero que ví fue a mi hija vomitando sangre, la acosté de medio lado para que no se ahogara con la sangre. Luego ví a mi hijo que se quería poner de pie para ir hacia donde estaba Adriana, yo lo tomo y le digo que no se mueva", contó.

Luego de subir a la ambulancia ese 1 de enero la historia ha sido compleja para Luciana, quien, asegura su padre, sufrió una hemorragia en un riñón que le habría ocasionado los vómitos tras el impacto.

"Ella tuvo una hemorragia en el riñón, la operaron, le sacaron todo para ver como estaba. Le trataron esa hemorragia y empezaron a normalizarse sus signos vitales".

Poco después de lograr controlar la situación de su órgano, los médicos procuraron tratar los demás daños que le ocasionó el accidente. "En el cerebro sí tuvo un daño fuerte y por eso la indujeron a un coma. Gracias a Dios ha evolucionado bien. Por lo poco que se puede ver también tuvo una partidura en los dientes (...) Pero ahorita lo que queremos es que salga de la UCI", detalló el progenitor.

Chávez expuso que esta semana ha sido compleja para su esposa, Mariana Medina, y para él. "Ha sido fuerte. Mi esposa se ha mantenido en el hospital desde el 1ero de enero, yo me la he llevado a la casa, solo a bañarse y luego volver. Yo soy el que subo y bajo en el hospital", agregó.

Con un rosario en el cuello y su fe intacta parado frente al Hospital Universitario de Maracaibo, el padre de los hermanos Chávez manifestó que su oración está encaminada a la recuperación de sus hijos, así como la justicia para su nuera.

"Lo que pedimos es justicia, no puede ser que haya gente en la calle que quiera comprar todo con el dinero. En la calle hay personas que tienen valores y tienen a Dios en su corazón. Yo sé que hay gente buena que no van a permitir que las injusticias sigan", concluyó.

 

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