El diario plural del Zulia

Explosión, fuego, conmoción y destrucción en Versión Final

Atacantes quedaron grabados en video. No hubo lesionados. Bomberos llegaron 45 minutos después del primer estallido

En el video de seguridad se ve claro: dos hombres en una moto, uno de ellos, el parrillero, lleva puesta una franela
blanca. Pasan lentamente frente a la sede de Versión Final en sentido La Limpia-Grano de Oro. La grabación marca las 4:40 de la tarde de este martes. Algo cae sobre un Nissan gris rotulado del diario y el estruendo dio paso a las lenguas de fuego.

“Ellos se pararon en el frente, vieron los carros y el que venía en la parte de atrás lanzó una cosa negra grande por encima del portón”, cuenta un vendedor ambulante que ofrece su producto en la vía que va hacia La Limpia. El sonido de la explosión sacudió el intestino del periódico y sus cercanías. El personal presentía que había ocurrido algo grave. Y pese a tratar de contener los pasos y mantener la calma al salir, no se equivocó.

La descripción de otra vendedora informal da cuenta de que los responsables del ataque iban en una moto azul con negro. “Tenían la cara tapada. Eran de contextura regular y parecían ser muy jóvenes”, añade. Por 40 y 45 el personal del rotativo combate solo contra las llamas, el pánico y la incertidumbre.

Una señora que pide dinero frente a Versión Final aporta nuevos elementos: “El sonido de la explosión fue horrible, todo fue muy rápido. Cuando volteé vi la moto salir a toda velocidad. Esa moto venía bajando La Limpia, como si viniera de Galerías y cruzó en dirección al cuartel Libertador. Los tipos se pararon unos 20 minutos en la esquina, conversaron un rato y luego arrancaron”.

La expansión

Había cuatro carros en donde arrojaron la bomba: Un Nissan, un Elantra, un Yaris y una Terios. El Nissan Sentra
color gris era el epicentro de la candela. El Hyundai Elantra verde, ubicado a un lado de la cerca azul que da a la acera, es bañado progresivamente por el fuego. El Toyota Yaris, color vino, fue abrazado inicialmente en sus puertas
del lado derecho. En medio del desconcierto, los trabajadores de Mantenimiento, Rotativa y los choferes buscan los extintores y, con sumo aplomo, tratan de rescatar los automotores de sus compañeros.

En esa batalla prima la desesperación y la insuficiencia de una cantidad de espuma blanca que por minutos apacigua el incendio. Periodistas, diseñadores, publicistas, correctores, reporteros gráficos y trabajadores de
todos los departamentos salen del diario. Hay escenas de dolor y lágrimas. Conmoción. Se teme que las llamas alcancen la estructura del periódico.

El Hyundai y el Yaris se queman de a poco y con la amenaza de explosiones en cadena. La Terios plata de una joven que busca un ejemplar en la sede del diario está ajena a las llamas por casi 30 minutos, pero con la quema total del Yaris se consuma su destrucción.

“Las llamas se propagaron rápido. Al principio solo había dos carros en llamas, luego el calor y el fuego se extendió hasta los otros dos”, fue la explicación del general Rubén Abreu, comandante de los Bomberos de Maracaibo, que arribaron a Versión Final 45 minutos después del ataque. El funcionario re ere que la tardanza se debió a la espera de una gandola de 40.000 litros de agua, especial para este tipo de siniestros.

Abreu detalla que los videos de seguridad serán remitidos al Ministerio Público para estudiar el origen de la detonación. “Descartada la idea de que sea una granada fragmentaria. El radio de expansión de la explosión lo delata. En caso de ser una granada, los daños habrían sido mayores”, añade. 

Un funcionario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional que acudió al diario adelanta: “Lo que ocasionó la explosión fue un artefacto explosivo de fabricación casera, mejor conocido como bomba molotov. No se saben cuántas fueron. En el sitio solo hay restos de cristales rotos. No se ha encontrado ninguna prueba para presumir que fue una granada o algún explosivo similar”.

Con la llegada de los bomberos se termina de dominar el fuego. Los cuatro automotores quedan destruidos. El personal tiene que asimilar muy rápido que el periódico no puede detenerse ante un ataque sobre el cual reina la total incertidumbre de su origen. Hay mensajes de familia, a lo interno. Muestras de solidaridad, apoyo, amor y vocación. Prevalece la reflexión. La tinta con lo ocurrido hoy hierve sobre sus manos.

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