“Él no murió solo. Estábamos al otro lado de esta pared de vidrio”
Los Allen Premium Outlets de Texas reabrieron su acceso a visitantes el pasado miércoles 31 de mayo tras más de 25 días cerrado por la masacre que dejó 9 víctimas mortales, entre ellas el atacante.
Marcus Kergosien, gerente de Zwilling Factory Store, tienda ubicada en el centro comercial, guarda en la memoria un momento crudo. Y no es otro que la ejecución del venezolano Elio Cumana Rivas, de 32 años, última de las víctimas de la masacre.
“Ese día al darme cuenta de que algo malo ocurría lo primero que fui a hacer fue cerrar las puertas”, contó Kergosien, quien dijo que, al principio, siete personas dentro de la tienda fueron al pasillo de carga en la parte de atrás para tratar de salir al estacionamiento, pero había un hombre con un arma allí atrás.
Todos se arrastraron de vuelta al interior de la tienda, donde el almacén tenía una puerta de metal. Sus clientes y empleados estaban a salvo adentro, pero afuera de su tienda ejecutaron a Cumana-Rivas.
Ejecución grabada
Las imágenes de vigilancia capturaron el momento aterrador. Kergosien dijo que Cumana-Rivas recibió un disparo en la espalda y cayó a la acera de concreto. Unos segundos después del primer disparo, dijo que Cumana-Rivas se levantó y levantó las manos cuando recibió un segundo disparo. Murió en el lugar.
El tirador caminó justo al lado de las puertas delanteras de Zwilling. Desde la trastienda, Kergosien escuchó que los disparos se intensificaban. “Aparentemente fue el oficial del Departamento de Policía de Allen quien disparó y mató [al tirador] para neutralizarlo, y doy gracias a Dios por él”, expresó Kergosien.
Cumana-Rivas era un padre de Venezuela que vivió en Dallas durante siete meses antes de que lo mataran. Kergosien quiere crear conciencia sobre esta víctima.
“Él mantenía a su familia. Tiene una madre enferma y una niña de 5 años que cumplió 6 años el 11 de mayo. Y estuvo aquí en el centro comercial de compras para enviarle un regalo de cumpleaños”, detalla. “Oramos por él”, dijo Kergosien. “Él no murió solo. Aunque estábamos al otro lado de esta pared de vidrio, él no estaba solo”.
Para Kergosien, quiere compartir la historia e inició un proceso de recaudación de fondos para los familiares de Elio. Quiere que la gente sepa: "Tiene una niña pequeña que tiene todo un futuro por delante y una madre que está muy enferma, así que me gustaría crear conciencia de que la causa vale la pena".
Kergosien dijo que la presencia policial ha sido tremenda desde el tiroteo, y asiente con la cabeza a los socorristas por un trabajo bien hecho. “La gente no debería tener miedo de venir a esta propiedad”, dijo. “Nos gustaría ver a la gente volver. Estamos abiertos al público en el horario habitual del centro comercial y damos la bienvenida a todos los miembros de la comunidad para que vengan a vernos”.
