Crimen en La Sonrisa fue por robo
Confundidos estaban los familiares de Ángel Rafael Chirinos Vargas, de 53 años, alias “El Cabezón”. A su pariente lo emparentaron con Adolfo de Jesús Díaz Coello, de 44 años, de nacionalidad colombiana, oriundo de Riohacha.
A ambos los mataron a balazos el pasado sábado a las 2:30 de la tarde, en la calle 101 con avenida 19A del barrio La Sonrisa, a 400 metros del Puente Santa Clara.
“Realmente no eran hermanos sino amigos, y al otro (Díaz) no lo conocíamos. Nunca había visto a Ángel con él”, explicó Lucrecia Sandoval, prima del fallecido ayer frente a la morgue forense.
La mujer detalló que Chirinos, para el momento del crimen, andaba en la camioneta de Adolfo, una Toyota cuatro puertas. Esta presentó una falla mecánica y se detuvieron en un taller para revisarla y seguir.
En ese instante dos delincuentes los interceptaron y les exigieron sus objetos de valor. Ambos se opusieron y presuntamente por eso los balearon.
“Los despojaron de todas sus pertenencias. A mi primo le quitaron su celular, su reloj, cadena y dinero en efectivo”, apuntó Lucrecia.
Ángel, al recibir los impactos de bala, fue llevado hasta la emergencia del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de Lago Azul.
Llegó con vida y consciente, a pesar de haber recibido cinco balazos. Allí alcanzó a dictar el número de su esposa Nathaly Hernández. Las enfermeras la llamaron y le informaron.
La mujer, acompañada de Lucrecia, salió de su hogar, en el sector San José, parroquia Cacique Mara, hacia el centro de salud. Resultó verdad la notificación.
A Chirinos lo remitieron al Hospital General del Sur (HGS), donde horas después falleció. Lo intervinieron pero no aguantó. Los proyectiles que lo impactaron le perforaron varios órganos.
Nelson Álvarez señaló que su compadre Ángel era técnico de celulares. Trabajaba en un centro comercial, situado en La Limpia, donde tenía su propio local, desde hace más de 10 años.
Tenía cinco hijos de distintas mujeres y era el mayor de seis hermanos, refirieron.
