El diario plural del Zulia

Así raptó el pederasta venezolano a la menor de 13 años a través de un videojuego

La madre de la joven aseguró que su hija intercambiaba contenido sexual con el hombre de 39 años mediante el chat abierto del videojuego

Era una niña que le gustaba estar en casa. “Sólo iba con su familia, como tengo cinco hermanos, coincidía mucho con sus primos”, cuentó a El Mundo Maite, la madre de la menor que fue presuntamente secuestrada y violada por el hombre detenido ayer en Retiro por la Policía Nacional.

Así que, la única vía que existía para que un pederasta se colara en la vida de esta joven de 13 años, era el mundo virtual. “Ella es reservada o abierta según la situación”, define la progenitora. Fan de los videojuegos, la menor solía jugar a menudo a títulos como el Fortnite o el Grand Theft Auto (GTA). En el chat de este último, según su madre, es donde el detenido, un ciudadano de origen venezolano de 39 años, captó a su presunta víctima.

El videojuego de la compañía Rockstar Games tiene alto contenido violento y está catalogado para mayores de 18 años. Posee, en su modo online, un teléfono móvil virtual que maneja el protagonista con el que el usuario puede ponerse en contacto con cualquier persona que se encuentre en la sala. Se trata de un espacio virtual, en el que pueden confluir hasta un máximo de 30 jugadores, donde se pueden enviar mensajes de texto o establecer conexiones por un chat de voz.

Durante meses, el detenido se hizo pasar por un chico de 17 años gracias a que el videojuego permite conectarse con un nombre de juego o nickname y registrarse con una cuenta de correo electrónico creada a tal efecto. Así, contactó con esta joven que “no está muy acostumbrada a salir”, según detalla su madre, y comenzó a granjearse su amistad. Una amistad puramente virtual en ese momento.

Una vez que ambos jugadores son amigos, estos pueden mantener contacto aunque no estén jugando. Las consolas de última generación permiten enviar mensajes de texto e imágenes y crear salas de chat de voz en las que pueden participar tanto personas agregadas por el usuario como otras que sean invitadas por sus amigos.

El intercambio de mensajes fue continuo y comenzó a pasar de una amistad a algo más, puesto que en el chat la madre se llegó a encontrar conversaciones e imágenes de alto contenido sexual según denunció a la Policía. No obstante, Maite confirmó a El Mundo que el presunto pederasta “le pedía a la menor que fuera borrando lo que hablaban entre ellos”. “Se veía que era listo”, calificó al presunto abusador de su hija.

Lo fue hasta el último momento. El pasado sábado, el hombre, que confesó a la joven finalmente su edad real, le pidió quedar. Cuando llegó en coche a su domicilio, en el distrito de Vallecas, le solicitó que bajara oculta y con algo de ropa, puntos que también cumplió la joven. Esta abandonó la vivienda dejando una nota a su madre en la que decía que se iba al cumpleaños de una amiga. 2En ese momento ya sospeché puesto que ella no es de salir”, confesó la madre.

La madre comenzó a llamar a los números que su hija tenía guardados como compañeros de clase. Una progenitora le dijo que no había ningún cumpleaños previsto mientras que cuando llamó al móvil de otra supuesta compañera lo cogió un señor. “Yo no soy el padre de Amanda, me llamo José, creo que se ha confundido”. La madre no sabía que estaba hablando con el secuestrador de su propia hija pero algo intuía así que se lo comunicó a la Policía y gracias a la localización del teléfono se pudo encontrar a la menor y detener al sospechoso.

Ante los peligros de que menores de edad mantengan contacto con adultos desconocidos a través de esta tecnología, alertan los expertos: “La adolescencia es la etapa más vulnerable donde no se ven los riesgos. A esas edades, es fácil engañarles”, apunta Celso Arango, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón.

A su juicio, la Red entraña “enormes peligros” y los adolescentes “tienen que aprender a protegerse” porque “los caramelos vienen ahora por las ondas pero igual de envenenados”. La solución para este psiquiatra, que los padres insistan a sus hijos que no deben quedar ni hablar con nadie que no conozcan personalmente y que desde la Educación Primaria se les enseñe a los niños los peligros que rodean a las nuevas tecnologías.

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