El diario plural del Zulia

Acribillan a pareja en La Popular

Doble sicariato. A una pareja la ajusticiaron la madrugada de este sábado cuando ambos dormían en su residencia. Yuleidy Yesenia González Aguilar, de 34 años y su cónyuge Miguel Ángel Urdaneta, alias “Capino”, de 24 años.

Los desconocidos llegaron en una motocicleta, violentaron la entrada de la vivienda con tres patadas e irrumpieron en la casa 133 de la invasión Blanquita Pérez. Los gatilleros llegaron a la habitación a toda prisa y dispararon contra los esposos. Sin duda ellos eran el objetivo, indicaron fuentes del Cicpc.

El hecho se registró en la calle 173 con avenida 48K-1 del sector La Popular del municipio San Francisco. A las 2:00 de la madruga el hijo de González, de 16 años, huyó de la escena.

El testigo presencial dormía en el cuarto junto con su familia; permaneció inmóvil ante el crimen y aunque disparos rozaron su cuerpo, no dudó en mantener la calma para hacerse pasar por muerto. Cuando los asesinos huyeron de la zona, el adolescente corrió fuera del lugar de los hechos y avisó a sus familiares que la madre junto con su pareja habían sido ultimados.

Se conoció que el nieto de 10 meses de Yuleidy y un niño de 10 años, también se encontraban dentro de la pieza de ladrillos de cemento. El asesinato se trató de una venganza.

Urdaneta se dedicaba a vender condimentos en los buses de la ruta sureña y el centro de la ciudad. Familiares comentaron que había estado recluido en el antiguo retén El Marite.

Sangriento desenlace

Entre sabanas oreadas los dos cadáveres fueron llevados a la furgoneta por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para su respectivo traslado hasta la morgue de LUZ.

Los sabuesos procedieron a peinar la zona y a recolectar objetos de sumo interés que ayuden en la investigación. Un tiro en la ceja bastó para quitarle la vida a la ama de casa. Parientes de Yuleidi mencionaron que ella se dedicaba a los oficios del hogar, cuidaba a su nieto y a su hijo de 10 años. Ayer dejó en la orfandad a tres menores; se conoció que tiene otra hija pero vive fuera de la ciudad. González fue el efecto colateral del pasado y presente de “Capino”.

Vecinos entre techos de latas y portones oxidados, relataron que el joven no andaba en buenos pasos, y quizás su muerte se deba a su conducta.

Por cómo sucedieron los hechos no se descarta el ajuste de cuenta, ya que los hampones iban presuntamente en busca de Urdaneta para liquidarlo por estar metido en negocios ilícitos. Esta versión de los hechos se espera sea confirmada por detectives ligados al caso.

El punto de encuentro

El estrecho callejón que conduce a la casa se abarrotó de caras llenas de incertidumbre. Una de ellas declaró que en la zona abunda la venta de drogas y los pandilleros dejan mercancía que se vende como pan caliente por las noches.

Además los azotes de barrio rondan el lugar buscando el pago de la droga que distribuyen a plena luz del día. No importa la hora, en el sector reina la ley del hampa.

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