El diario plural del Zulia

Acribillan a “buchero” en La Rinconada

Un incandescente sol alumbraba la sangre del fallecido y los 10 casquillos de bala percutidos que reposaban sobre la arena. La escena ocurría justo frente a una casa sin número en el barrio Estrella de Belén, sector La Rinconada de la parroquia Antonio Borjas Romero. Al menos 100 personas, entre adultos y niños, rodeaban el cuerpo de Diomar José Sánchez Sánchez, de 29 años, a quien asesinaron a balazos antenoche. Sus verdugos lo amordazaron con tirro antes de liquidarlo.

El calor no alejaba a los curiosos. Por más de 12 horas estuvo el cuerpo tendido en la trilla. “Tres hombres arrastraron al chamo hasta aquí, le dieron tres tiros en el estómago y luego otros seis entre el rostro y el cuello”, relató uno de los habitantes del sector.

Diomar regresó a Maracaibo apenas hace un mes. Sus parientes presumen que su asesinato se deba a una vieja amenaza de muerte que recibió antes de marcharse, pero se negaron a explicar el motivo.

Dionisio Sánchez contó que su hijo salió de la casa a las 8:00 p. m. con un amigo. “Dijo que iría a pasar la noche con una de sus cuatro hijas y luego nos avisaron que estaba muerto”. Los familiares del “buchero” (vendedor de pescados), pertenecen a la etnia wayuu y, al ver el cuerpo en pleno sol, lo movieron 15 metros, bajo un árbol. “Él no es un perro para que su cuerpo esté bajo este sol. Somos wayuu y no nos llevamos el cuerpo porque no hay nada más que hacer”, comentó uno de los allegados al fallecido.

Un lío de faldas habría desencadenado la muerte de Diomar. Sus parientes manifestaron que tomaran venganza. Al lugar llegaron muchas mujeres, entre ellas una niña que al ver el cadáver cubierto por dos sábanas intentó abalanzarse sobre él. Funcionarios de la policía regional resguardaron la escena. Minutos después sabuesos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) colectaron las evidencias. Levantaron el cuerpo y lo llevaron a la morgue de LUZ.

Zona desolada

La barriada donde ejecutaron a Sánchez está al oeste de Maracaibo. Las calles sin asfaltar, evidencia la extrema pobreza. “Aquí no vemos patrullas, esto siempre está solo. Después que escuchamos los tiros y vimos el cuerpo llamamos a la policía y aparecieron horas después. La delincuencia hace lo que le da la gana”, re rió un vecino. Mientras, parientes pedían que investiguen al amigo del ultimado señalado como sospechoso. El sol seguía incandescente.

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