Cómo impacta el consumo excesivo de alcohol en el cerebro de los adolescentes
Fiestas de egresados, vacaciones con amigos, y los nuevos y ruidosos "últimos timbres". Cada vez son más las oportunidades en la que adolescentes y jóvenes se reúnen a tomar alcohol y a medida que pasa el tiempo, las edades de inicio en el consumo descienden.
En este marco, los daños en el cuerpo parecen quedar olvidados y la necesidad de fortalecer las campañas de prevención se hace cada vez más evidente, reseñó Infobae.
En el año 2021, un informe del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires reveló que un 78,7 % de los adolescentes comienza a ingerir alcohol entre los 12 y los 15 años de edad.
Sin embargo, la edad en la que se registró el mayor indicador de inicio de consumo fue a los 14 años (30,06 %), seguido por los 15 (27,49 %) y los 13 (15,24 %). El relevamiento fue realizado entre agosto y septiembre y fue distribuido sobre una población de 1.000 alumnos de 12 a 18 años que concurren a establecimientos educativos bonaerenses.
Los peligros para el cuerpo en crecimiento
En diálogo con Infobae, la doctora Silvia Cabrerizo (MN 103.200), pediatra toxicóloga y secretaria del Grupo de trabajo en Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), brindó detalles acerca de las consecuencias que el consumo de alcohol tiene sobre los niños y jóvenes.
El desarrollo cerebral finaliza hacia los 20 y los 21 años, y la incorporación de cualquier sustancia psicoactiva interfiere con ese desarrollo normal, donde lo último que ese adolescente termina de formar es la capacidad crítica del pensamiento”, aseguró la doctora Cabrerizo.
“El riesgo que vemos hoy en los jóvenes es la modalidad de consumo, la cual se denomina Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA) o Binge Drinking (BD, por sus siglas en inglés), donde se consume mucho alcohol en pocas horas.
Cuando esto sucede, además de que consumen mucha cantidad, lo que se ingiere habitualmente son bebidas de alta graduación alcohólica, como vodka o fernet. Estamos hablando de bebidas que tienen 40 gramos de alcohol cada 100 mililitros. "Casi la mitad de lo que consumen es alcohol puro, etílico”, agregó la especialista.
Esta modalidad de ingesta se vio reflejada en el informe de 2021 elaborado por la Defensoría bonaerense, donde se advierte que 1 de cada 10 de los adolescentes encuestados (10,79 %) bebe más de cinco copas/cervezas en un corto período de tiempo para embriagarse más rápidamente.
Según explicó Cabrerizo, cuando esto sucede “el hígado no tiene tiempo para metabolizar tan rápido esa cantidad excesiva de alcohol, y eso hace que aumente los niveles de la sustancia en sangre —lo que se denomina alcoholemia—, con efectos que se visualizan principalmente actuando sobre el sistema nervioso central, y ahí es cuando el paciente puede evolucionar a un coma alcohólico”.
Además, al ser un tóxico multisistémico, el alcohol puede generar otras alteraciones como daño hepático y toxicidad hematológica.