Venezuela registra 82% de pobreza
La promesa de abandonar la pobreza del fallecido expresidente Hugo Chávez les sigue pasando por el costado a los venezolanos. Con casi cuatro años en el poder, Nicolás Maduro no ha cumplido con la tarea que le encomendó su antecesor: “atender lo más sagrado, que son los más pobres”.
Así lo resaltó una encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) realizada sobre 6.500 familias por las principales ciudades del país, la cual reveló que 82% de los hogares venezolanos vive en pobreza, convirtiéndose Venezuela en el país más pobre de América Latina, por encima de Haití.
“Esto es una situación nunca antes vista, Venezuela alcanzó niveles históricos de pobreza, ya no se come ni la cantidad ni los mismos productos de años atrás”, rechazó la investigadora y profesora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes), Marianella Herrera, quien fue uno de los miembros presentes de la investigación.
La experta detalló que “la encuesta realizada en 2016 arroja que hay 52% de pobreza extrema, lo que quiere decir que más de la mitad de las familias venezolanas está en pobreza extrema, mientras que solo 18% son hogares no pobres”, añadió.
“Este panorama se genera en un 2016 que marcó el inicio de los CLAP”, un sistema violatorio de los derechos humanos y del derecho de la alimentación, porque es disriminatorio, para tener una bolsa de comida las personas deben pertenecer a un partido político”, dijo.
Pobreza galopante
Los resultados de 2014 registraron 48% de hogares en pobreza, 51% de hogares no pobres, 24.8% de pobreza moderada y 23% de pobreza extrema. Para el 2015, el salto se incrementó, pasó de 48% a 73% de hogares en pobreza y a 49% de pobreza extrema.
La encuesta arrojó que para el año pasado hubo “52% de pobreza extrema, es decir más de la mitad de las familias venezolanas, de hogares venezolanos en pobreza extrema” y que “apenas tenemos 18% de hogares no pobres”.
De acuerdo con el estudio, 9,6 millones de venezolanos come dos o menos comidas al día, por lo que presentan pérdida de peso, en un promedio de ocho kilos y medio y los más pobres, la pérdida de peso llega a 9 kilos.
Herrera manifestó que el patrón de compra cambió, hortalizas y tubérculos desplazaron al pollo y la carne y los estratos sociales desaparecieron.
