Un 90% ha caído la actividad portuaria del país
Desesperanza es la palabra que describe a los comerciantes del país ante la crisis que los dejó sin productos que vender y sin expectativas positivas para el futuro. Aunque muchos permanecen con sus negocios abiertos, sigue siendo impactante la cifra de 58.000 comercios cerrados en 2015, sobretodo porque los recientes anuncios presidenciales no les permiten pensar que las cosas van a cambiar.
Para la presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Cipriana Ramos, la voluntad política y la importación son claves en este momento. La primera, para que todos los sectores productivos, sin exclusión, se sienten a conversar sobre soluciones estructurales; y la segunda, porque en un país que no está produciendo casi nada, sabio es hablar de importación antes que de exportación.
“Si hay alguien que ha hablado de exportación es Consecomercio, cuando hablamos de la bilateralidad de los puertos, la economía de puertos no es mala per se, lo que es malo es una economía de pura importación”, argumentó Ramos adelantándose a las críticas por hablar de la necesidad de que haya importaciones.
Ramos dice que el país no debe llamarse a engaños por tener santamarías arriba, porque en la mayoría de los casos no hay mucho que vender. “Cuando no hay cola, no es porque la gente se fue a su casa tranquilamente, es porque no hay”, alegó la representante de los comerciantes del país.
Sin inventarios
Debido a experiencias recientes, cuando han sido señalados por acaparamiento, la falta de confianza y el cambio en el patrón de compra de los venezolanos, los comercios carecen de inventarios.
Cifras aproximadas dan cuenta de que los inventarios han caído en 90 % y que la situación no pinta para mejor. “Los comerciantes tenemos mucho tiempo sin inventario, tenemos un alto nivel de rotación de mercancía permanente o sea, lo que nos va llegando va saliendo”, explicó la presidenta de Consecomercio.
Sobre el problema del pan, Cipriana Ramos aseguró que no hay trigo en el país, y que tampoco está llegando de otros países. “En los puertos no hay harina de trigo”, aseguró.
