Sentencia del TSJ mutila a la Asamblea Nacional

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en ló su artillería nuevamente en contra de la Asamblea Nacional (AN) y prácticamente despojó, con una sentencia que publicó ayer, la potestad contralora del Parlamento electo con el voto de 7 millones 707 mil 432 venezolanos.

“Se interpreta constitucionalmente las funciones contraloras de la Asamblea Nacional y establece sus límites democráticos para garantizar el equilibrio entre poderes”, reza la sentencia de la Sala Constitucional, emitida bajo el expediente número 16-0153.

La pugna de poderes llegó de nuevo al clímax este martes justo cuando la AN presentaría el informe  nal de la investigación que iniciaron el 11 de enero sobre la designación “apresurada” de los 13 magistrados del TSJ con la vieja AN, el pasado 23 de diciembre. Casualmente también sucede un día antes de la comparecencia prevista de los ministros.

A la interpretación del documento que contiene 47 páginas, el abogado constitucionalista José Vicente Haro la cataloga como “abiertamente inconstitucional”, pues impide a la AN revisar la designación “irregular” de magistrados realizada el 23 de diciembre de 2015, por lo que agregó: “La decisión del TSJ parece un acto desesperado, fuera de la Constitución, para perpetuar en sus cargos a personas que no deben ser magistrados”. Y agregó que “con esa decisión queda con rmado que TSJ será, muy lamentablemente, el gran muro de contención del Gobierno contra las decisiones de la AN”.

Haro defendió que “constitucionalmente la AN tiene plena potestad para, conforme a su reglamento, dejar sin efecto por inconstitucionales tales designaciones”.

En rechazo a este fallo del tribunal, el abogado constitucionalista Juan Manuel Raffali también expresó que “la Sala Constitucional se resiste al control político de la AN. No le van a parar a la revocatoria de magistrados express”, aseguró en su cuenta en Twitter.

Acotó que la sentencia desconoce las competencias de la AN para ejercer el control político sobre los otros poderes, “el fallo del máximo tribunal del país desconoce el artículo 113 del Reglamento del Interior y Debate de la AN para evitar la comparecencia de funcionarios (…) Con esta sentencia pretenden dejar a la Asamblea Nacional pintada en la pared”, destacó.

Mutilados

“El Parlamento no está legitimado para revisar, anular, revocar o de cualquier forma dejar sin efecto el proceso interinstitucional de designación de magistrados, principales y suplentes”.

“Además de no estar previsto en la Constitución y atentar contra el equilibrio entre poderes, ello sería tanto como remover a los magistrados sin tener la mayoría cali cada de las dos terceras partes de sus integrantes, sin audiencia concedida al interesado”, se señala en el texto.

La AN tiene control político sobre el Gobierno y la Administración pública nacional, y no frente a los demás Poderes Públicos (Judicial, Ciudadano y Electoral). Tampoco ante los poderes estatal y municipal. En la sentencia se añade que las convocatorias que realice el Poder Legislativo deben estar dirigidas exclusivamente a funcionarios sometidos a control político. En otras palabras, para el TSJ la Fiscal, el Defensor, el Contralor y el CNE no pueden ser interpelados ni la AN les puede hacer nada.

AN discute respuesta

Henry Ramos Allup, presidente de la AN, dijo que se reunirá con la bancada opositora del Parlamento para determinar qué hacer frente a dicha decisión del poder Judicial, momento en que también la MUD se pronunciará sobre el mecanismo a utilizar para salir del gobierno de Nicolás Maduro.

Ramos Allup dijo: “Esta provocación del TSJ no es buena para el sistema democrático”, mientras soltó la interrogante: “¿Qué ocurriría si la Sala Constitucional, sin control, decidiera interpretar la Constitución contra su texto? ¿Nadie revisa eso?”.

Agregó que “lo que está ocurriendo no es ninguna sorpresa (…) Ese resultado del 6-D hizo que el Gobierno buscara prepararse por perder el control del Estado… Por ello usaron el TSJ para tratar de amputar las facultades de la AN”, mientras criticó: “No habrá medicinas, no habrá alimentos pero hay sentencias”.