El diario plural del Zulia

Red de bachaqueo se alimenta de los CLAP

La escasa oferta de productos regulados en las cadenas de supermercados privados y públicos, aunada a la orden del Gobierno Nacional de que supermercados no vendan productos regulados para que estos sean distribuidos por los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), ha robustecido el bachaqueo en el Zulia.

La aguda escasez, que a duras penas trata de administrar el Gobierno Nacional, es caldo de cultivo para que el negocio del bachaqueo se vaya perfeccionando. De vendedores al detal se han convertido en comerciantes más sofisticados que, despachan por volúmenes y que aprovechándose del fuerte desabastecimiento, sacan crédito a la necesidad de la gente para multiplicar el precio y con ello las ganancias.

El ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, declaró que 70 % de los alimentos del país serán distribuidos a través de los CLAP, lo que disparó las señales entre las mafias que desde hace tres años han venido profesionalizando sus estructuras paralelas de venta.

“Hay quienes venden las bolsas porque se dedican a comprar otras cosas para lograr alimentar a toda la familia porque estas bolsas no garantizan una comida completa contribuyendo de esta manera al bachaqueo”, dijo Ana María Osorio, gerente de investigación y análisis de la Fundación Zulia Productivo, que estuvo encargada de un estudio de campo de los CLAP entre Maracaibo y San Francisco entre julio y agosto.

Durante un recorrido en la ciudad realizado por Versión Final, se pudo constatar como los comerciantes informales revenden los productos del programa de alimentación. Afirman que es una forma de encontrar dinero extra ante tanta inflación. Hay quienes lo hacen por avaricia y otros por necesidad.

“Con los productos que traen las bolsas de comida no alimento a toda mi familia es preferible vender algunos rubros a los bachaqueros para asegurar otro bocado de comida para mis hijos. Si tengo suerte y me trae pañales los vendo para comprar otra leche o un arroz para el almuerzo”, relató Eudimiro González, habitante del sector Suramérica del municipio San Francisco, padre de tres niños, quien ha sido golpeado por el hambre en más de una oportunidad.

Osorio destacó que “las bolsas tienen productos que son poco necesarios como diablitos, leche condensada o de aseo personal, la gente prefiere venderlos para tener más dinero para una leche o harina”.

Supermercados sometidos

Tras la orden del Gobierno Nacional de eliminar venta de productos regulados en red pública y privada miembros de Consejos Comunales se adueñan de los rubros que llegan a los supermercados para ofrecerlos en los CLAP lo cual ha generado descontento en los dueños de los establecimientos.

Osorio informó que en el municipio San Francisco supermercados se niegan a vender los productos regulados por el acoso de los Consejos Comunales.

“Los líderes se adueñan de los camiones que llegan con productos regulados y no los pagan de una vez sino días después lo que le genera pérdida al supermercado, ¿para dónde van esos productos”, cuestionó. Asimismo, informó que en localidades como El Trinal y Los Dulces llegaban las bolsas y no son vendidas en su totalidad.

“En una localidad visitada vecinos denunciaron que llegaron 40 bolsas y solo vendieron 25, ¿dónde están las otras 18?. Aseguran que miembros de los Consejos Comunales llegan a establecimientos y las venden a un precio más caro entre Bs. 12 y 15 mi”, recalcó.

CLAP-corrupcionMecanismos fracasados

Cuatro intentos fallidos ha tenido el Ejecutivo para paliar la escasez de alimentos que atraviesa el país. Desde 2003 el Gobierno decidió participar directamente en la venta y distribución de productos de primera necesidad. En septiembre de ese año creó una red de Mercado de Alimentos, o Mercal, para “garantizar la distribución justa y oportuna de alimentos”.

Tres años después de la creación de Mercal, el Gobierno a través de Pdvsa, inauguró la red Pdval, que también iba a vender a precios más bajos que las redes privadas. Mercal y Pdval distribuyeron productos con mercados a cielo abierto y en operativos que hacían periódicamente.

Luego de Pdval, en 2010, se creó la red de Abastos Bicentenario, que funciona en las sedes donde anteriormente estaban los Cada y Éxito.

 

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