Politólogos no descartan sustitución de candidatura de Maduro como "estrategia de autoprotección"

¿Al despiste? Nicolás Maduro, presidente de la República, agitó las redes sociales tras su conversación con el intelectual franco-español Ignacio Ramonet, transmitida por el canal estatal VTV, en la que aseguró que le parecía “prematuro” hablar sobre su “eventual candidatura” a las presidenciales de 2024.

Es prematuro todavía. Apenas el año empieza. Solo Dios sabe. Dios, no Diosdado. Esperemos que se definan los escenarios electorales del proceso que va a haber este año, (...) y estoy seguro que, con la bendición de Dios, tomaremos la mejor decisión", expresó el jefe de Estado en vísperas del Año Nuevo.

La declaración remueve el escenario debido al resultado de los estudios realizados en el último trimestre de 2023 que muestran a un Maduro con un elevado rechazo, incluso en el interior del seno oficialista. ¿Un ejemplo? El resultado de la encuesta nacional de la Consultora ORC le daba un 13,5 % de aprobación al heredero del legado de Hugo Chávez, cifra demasiado baja para el fervor generado por la candidatura de María Corina Machado.

Estrategia

“Maduro será el candidato”, afirma en la red social X, Ana María Parra, politóloga. Y así sostiene su sentencia: “En la estructura del régimen autoritario, cambiar la cabeza de la jerarquía es una movida muy arriesgada; atenta contra el equilibrio tan frágil que existe y manda el mensaje de que el puesto principal está disponible y se puede llegar a él”.

Similar percepción tiene Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia, que en algún momento midió la aceptación de líderes chavistas en función del creciente rechazo hacia la figura de Maduro. “Creo que la declaración a Ramonet fue un globo de ensayo”, advierten.

Para Ríos, el presidente quiere transmitir la idea de que el PSUV es un partido democrático, con una dirección colegiada, donde hay acuerdos, votaciones y negociaciones.

Él obviamente en cualquier escenario va a tratar de imponer su candidatura. Ahora, decir él que iba a ser el candidato sin un acuerdo previo ni consenso, iba a quedar muy mal”.

Ríos considera que el “escenario Nicaragua”, con Maduro y los cubanos al frente, es el que más fuerza tiene, aunque deja la puerta abierta a las “negociaciones que se están cocinando” con grupos de poder liderados por Diosdado Cabello y los hermanos Rodríguez. “Ahora, si Maduro no es el candidato, eso ya habla de una transición en el chavismo”.

José Amalio Graterol, defensor de los derechos humanos y representante de Vente Venezuela en la materia, afirma que la declaración de Maduro forma parte de estrategia cubana para ver quién se mueve dentro del PSUV.

¿Escenario posible?

Más allá de la declaración con Ramonet, antes del ruido generado por el encuentro, Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, aseguraba que sí existe un escenario en el que el chavismo decide ejecutar lo que califica como “estrategia de autoprotección”.

León, al referirse a esa carta, se refiere al doble desgaste que acumularía en su figura Maduro "al hacer el trabajo rudo de pulverizar a la oposición con su control institucional, inhabilitar definitivamente a sus enemigos peligrosos y limitar las condiciones electorales". El oficialismo, en ese contexto, decidiría sustituirlo por otro líder más popular para participar en la elección que controla con más seguridad y abriendo la posibilidad de que siendo fresco y diferente podrá reiniciar las negociaciones con Estados Unidos con mayor facilidad.

“No lo vemos como el escenario más probable, pero sin duda es el más interesante”, resalta León.