El diario plural del Zulia

Marcelo Figueroa a Versión Final: "Diálogo entre religiones es una vivencia maravillosa"

Fundado en 1861 el periódico oficial de la Santa Sede forma parte de la historia de los medios de comunicación de mayor trayectoria en el mundo. Dirigido directamente por la Secretaría de Estado es uno de los esfuerzos periodísticos más completos en la que se dan cita diferentes plumas sobre diversos temas políticos, culturales y religiosos. Actualmente el esfuerzo editorial de L’Osservatore Romano se divide en diferentes ediciones, la principal, es un vespertino en italiano, y semanalmente en más de ocho idiomas, conjuntamente con ediciones mensuales para lenguas en tierras de misión. La edición semanal en español data de 1969, sin embargo, con motivo de la nacionalidad del Papa Francisco, primer Papa latinoamericano, la Santa Sede ha decidido lanzar una nueva edición en español dedicada exclusivamente para contenidos en Argentina, designando al frente del trabajo al pastor protestante Marcelo Figueroa.

Versión Final conversó con el líder evangélico que desde enero conduce la edición semanal para Argentina, en un hecho inédito para la historia de los medios de la Santa Sede, que evidencian los cambios y reformas propuestos por el Papa Francisco.

¿Cómo conoció a Francisco? —Conocí a Jorge Bergoglio hace más de 15 años cuando yo ejercía como secretario ejecutivo de la Sociedades Bíblicas Unidas en Argentina. De allí, comencé a caminar un sendero de encuentro ecuménico alrededor de las Sagradas Escrituras, que con el paso de los años se tornó más cercano y fraternal hasta ser una relación de cordial amistad cristiana.

¿Cómo fueron los primeros acercamientos? —En 2010 el cardenal Bergoglio me invitó a colaborar con el Canal de Televisión “21” del Arzobispado de Buenos Aires. En ese contexto, le propuse grabar una serie de programas de diálogo interreligioso. Mi propuesta, que luego aceptó, fue de re exionar temas sociales y humanos con el Rabino Abraham Skorka, de cercana amistad fraternal, el mismo Bergoglio y un servidor. Grabamos 31 programas que debieron ser interrumpidos cuando él viajó al Cónclave que lo eligió como Sumo Pontífice, en marzo de 2013. El programa de televisión Biblia, diálogo vigente fue una iniciativa transmitida por el canal de televisión del arzobispado con el que desde una perspectiva de encuentro, un rabino judío, el cardenal católico y el pastor protestante en una mesa en forma triangular discutían sobre diversos temas de interés social, con una reflexión desde la profundidad de una espiritualidad compartida centrada en el bien común.

¿Qué llevó al equipo editorial a desarrollar esta iniciativa? —Es un hecho histórico la edición argentina del L’Osservatore Romano en primer lugar porque es la primera vez que hay un Papa de esa nacionalidad. Por otro lado, otro hecho sin precedentes es que por primera vez en sus 155 años de historia, el periódico de la Santa Sede accede a la edición de contenidos locales. La intención editorial, a la luz de estos dos sucesos únicos, es que la palabra y la misión pastoral del Papa Bergoglio puedan ser conocidas desde una mirada argentina y latinoamericana.

¿Cuál será la pauta de esta edición para Buenos Aires? —Es necesario precisar que a la edición semanal española actual se le agregarán estos contenidos locales que le serán complementarios. Es importante que los artículos y documentos que ya constan en esa edición española se mantengan para no perder la perspectiva mundial del ministerio apostólico de Francisco en su propio país. Aunque parezca paradójico, en su propia tierra estas dos dimensiones, la mirada local y la visión universal, no están presentes en los medios de comunicación.

¿Cómo es el proceso editorial, hay alguna intervención con la edición en Roma?— Estoy a cargo de la edición de los contenidos locales que se agregan a la edición semanal en lengua española a cargo de Silvina Pérez, quien trabaja en las oficinas del Vaticano. Sin embargo, y esta es una fortaleza y una tranquilidad, la edición íntegra debe ser aprobada por la dirección del L’ Osservatore Romano en la persona de Giovanni Vian, antes de que el documento sea enviado a la imprenta en Argentina.

¿Existe alguna limitación por ser protestante y cómo podría vencerse alguna diferencia en pro de la unidad? —Con la salvedad de la validación final del periódico explicada anteriormente no solo no tengo ninguna limitación, sino por el contrario total libertad y confianza. El hecho de mi pertenencia protestante la he entendido como una forma práctica de interpretar la apertura ecuménica e interreligiosa que es una marca del papado de Francisco. Por otro lado, en Argentina, ese diálogo entre las religiones es una vivencia maravillosa que tenemos por más de una década, en donde la influencia de Jorge Bergoglio ha sido determinante e inspiradora. La unidad editorial se entenderá en la diversidad de opiniones reconciliada en un Dios del cual somos todos hechos a su imagen y semejanza. Esta unidad es un mensaje de paz que se visibiliza de distintas manera, en este caso específico desde lo editorial.

Hace algunos años hubo una discusión en Argentina sobre la falta y la hegemonía en la distribución del papel, sin embargo, hoy la Santa Sede inaugura una nueva etapa con la edición semanal.

¿En qué contribuirá el L’Osservatore Romano a la prensa en Argentina?— Las ediciones de los periódicos en papel están en nuestros países en plena vigencia. Los diarios digitales y los medios de comunicación virtuales son un muy buen complemento y aportan velocidad a la información pero no sustituyen el impreso. El L’ Osservatore tiene una larga tradición en papel pero, a la luz de la reforma de toda la Secretaría de Comunicación del Vaticano, seguramente la edición argentina se sumará a otros soportes de información sin dejar de lado este.

¿Cuáles son los proyectos para la edición para Argentina?— La finalidad del proyecto es difundir la voz y la misión del Papa Francisco y de la Santa Sede en forma directa, completa y oficial. Esto será sin duda una fuente de información para el pueblo argentino a la vez de una referencia editorial para periodistas y medios nacionales. Vemos con entusiasmo cómo otros medios, especialmente de Latinoamérica se han interesado en esta experiencia. En esa dirección seguramente ampliaremos la visión de editoriales argentinas a referentes del continente. La libertad de expresión es una de las fuentes de muchas libertades. Es un principio y un valor que debe estar presente en todos nuestros países. Suscribo a los tres principios de la comunicación que a menudo repite Francisco: Verdad, bondad y belleza.

¿Cuál cree usted que será el verdadero aporte del pontificado del papa Francisco a la Iglesia Universal y a la Iglesia en Latino américa, más allá de lo mediático, la esencia de su verdadero legado? —Creo que todavía no estamos en condiciones de evaluar los reales alcances de legado de Francisco en la Iglesia Universal. Seguramente por muchas generaciones se lo referenciará como un Papa que dio un aporte monumental a ella. Sus palabras, sus gestos, su estilo de vida, basados en una mirada profundísima y renovada de los Evangelios lo ubicará seguramente como un Papa “bisagra” en la vida de la Iglesia. Será del mismo modo citado a la altura de las tres o cuatro personalidades más importantes como referentes morales y espirituales de la historia universal.

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